Mientras se espera un comunicado de ETA (para ya mismo o para después de Navidad, según fuentes de la llamada Izquierda Abertzale), parece que los entusiastas sugieren que se tome en consideración y, acompasados con sus “pasos”, el Estado de los suyos. El asunto es más ridículo que otra cosa porque ni se sabe lo que exactamente dirá el comunicado famoso, ni se entiende qué otra cosa puede hacer el Estado y sus instituciones que cumplir y hacer cumplir la ley, algo que poco tiene que ver con lo que quiera decir la banda.
Lo que se intuye, de todos modos, es que ETA no va a anunciar que se disuelve, sino una “tregua” complementaria o tautológica con la “suspensión de acciones ofensivas” que ya anunció. La ilegal Batasuna y sus dirigentes aseguran que ya se ha acabado el tiempo de la violencia pero ni se lo exigen a la banda claramente, ni rompen con ella por mantenerla. Lo lógico no está en este comportamiento sino en las respuestas de un grupo de presos que han abandonado o ha sido expulsados de ETA al cuestionario que les remitieron algunos periódicos vascos del Grupo Noticias: la tregua no tiene credibilidad si no se anuncia el final del terrorismo. Es decir, unos y otros, ETA y Batasuna, no quieren el unilateral fin de la violencia, sino un “proceso” en el que Batasuna no rompe con ETA y en el que, obviando su responsabilidad y con la promesa del final, se de carpetazo a la situación y se les coloque en un lugar que no merecen.
Ya no se trata, por tanto, de que Batasuna quiera zafarse de la tutela de ETA para avanzar por su cuenta (como han hecho los presos que responden al cuestionario), sino que la busca y la desea para sacar provecho. No quiere romper con ella sino mantenerla ahí hasta el final del pretendido “proceso” con la disculpa –obscena después de tanto terrorismo- de que estas cosas son complicadas y lentas y necesitan “un clima”. Al mismo tiempo –es decir, mientras los entusiastas nos hablan de los “pasos” de este conglomerado-, las autoridades en el País Vasco (socialistas en el Gobierno, nacionalistas en la Diputación de Vizcaya) denuncian que se sigue extorsionando a empresarios y profesionales, las Fuerzas de Seguridad certifican actividades múltiples de la banda y la Policía francesa subraya el robo de automóviles y material de distinto tipo.
En esto de ETA el que no es escéptico es iluso.
Germán Yanke