viernes, abril 26, 2024
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Reformas, reformas

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El Consejo General del Notariado puso en marcha en el 2004, como instrumento de reflexión, el Observatorio del Notariado, que preside, atento a las nuevas ideas y a los nuevos retos, el abogado Javier Cremades. Tras interesantes debates y estudios sobre la Sociedad de la Información, asunto en el que el Observatorio sigue, se inauguró un ciclo sobre la Ley de Economía Sostenible en el que los notarios quieren aportar la defensa de la seguridad jurídica en las reformas sobre constituciones de empresas y sociedades y, en general, en las nuevas (y a veces novedosas) actividades en las que se confía el cambio del modelo productivo. Comenzó con una brillante ponencia, crítica, irónica en ocasiones, enjundiosa siempre, del ex ministro Carlos Solchaga que englobó el análisis de la Ley en el marco de la política económica del Gobierno.

Quiero subrayar, sin embargo, sólo un dato y un par de reflexiones de este interesante encuentro. El dato no es secreto, no hay duda, pero sorprende y hace pensar cuando se expresa. Del escalofriante número de nuevos parados se calcula que 300.000 son antiguos empleados con contrato indefinido, 400.000 autónomos o pequeños empresarios y 1.100.000 personas con antiguos contratos precarios y/o temporales. Todos ellos, sin duda, son merecedores de la protección social establecida y de una política económica que reactive la economía y comience a creer empleo estable, aunque hasta los más optimistas demoran en el tiempo esta recuperación. Pero las cifras revelan dónde está el mayor daño y dónde la injusticia del sistema, además de revelar el daño causado a tantos emprendedores particulares, habitualmente olvidados, y que son imprescindibles para una nueva creación de empleo. Solchaga asegura, con razón, que la reforma laboral es urgentísima y que es una obligación del Gobierno que no puede quedarse en el limbo del «diálogo social». Sin ello y sin abordar urgente y seriamente la reestructuración del sistema financiero y concretar por partidas el recorte del gasto no saldremos de la crisis ni cuando lo realmente lo precisamos, que es cuanto antes, ni preparados para los retos del futuro. Lo que se cuece en el Palacio de Zurbano resulta un parche mínimo e insuficiente.

Le preguntan a Solchaga: usted, con la experiencia de las dificultades y las presiones de la acción de gobierno, ¿entiende la resistencia de Rodríguez Zapatero a las reformas que se sugieren? «Se entiende… malamente», responde con su habitual ironía.

Germán Yanke

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