30 policías heridos y detenciones en la segunda noche de protestas en Ferraz

Por segunda noche consecutiva, la calle Ferraz de Madrid se convirtió en epicentro de una manifestación con alto grado de tensión. Más de 7.000 personas se dieron cita frente a la sede nacional del PSOE, culminando la jornada del martes con un saldo de seis detenidos y treinta y nueve heridos, entre ellos treinta policías, en lo que la Delegación del Gobierno en Madrid ha catalogado de «presuntos delitos de desórdenes públicos».

La protesta, que se extendió hasta las 23.30 horas, fue el foco de un despliegue policial considerable. Los arrestados, todos españoles de entre 19 y 44 años, excepto un menor de 17 años, y entre los cuales se encuentra una mujer, enfrentan cargos tras el altercado que tuvo lugar en la misma zona el día anterior, cuando aproximadamente 200 individuos lanzaron objetos contra los agentes de la Policía.

Desde el primer momento de la tarde, la policía se equipó con cascos y procedió a cortar la calle Ferraz, Buen Suceso y parte de Marqués de Urquijo para prevenir el acceso a la sede socialista. A pesar de que la convocatoria, que se había viralizado en redes sociales, estaba prevista para las 20.00 horas, ya desde las 19.00 horas los primeros manifestantes comenzaron a llegar, envueltos en banderas de España y lanzando consignas como «España no se vende, España se defiende», «Puigdemont a prisión» y «Pedro Sánchez hijo de puta».

Personalidades como el líder de Desokupa, Daniel Esteve, y representantes de Vox como Pepa Millán, Manuel Mariscal y Rocío de Mer, se sumaron a la manifestación. Mientras, afiliados a España 2000 mostraban una pancarta que rezaba «España no se vende. Resistencia social», y la líder de Bastión Frontal, Isabel Medina Peralta, fue vista realizando el saludo nazi sobre el techo de un quiosco.

La tensión aumentó hacia las 21.15 horas cuando los asistentes arrojaron huevos y botellas contra la prensa y la Policía Nacional. Insultos y pitadas se dirigieron tanto al Gobierno de Pedro Sánchez, tildado de «traidor», como a la policía y al Rey Felipe VI, con acusaciones y exigencias.

Las banderas de España y franquistas ondearon al viento junto a pancartas que proclamaban mensajes contrarios a la amnistía y críticos con la Constitución. Un sector de la protesta, obstaculizado por el blindaje policial, desplazó su manifestación hacia la Gran Vía y el Congreso de los Diputados, reuniéndose en Neptuno tras la intervención de la Policía en las inmediaciones de la Cámara Baja.

Finalmente, pasadas las 23.30 horas, los antidisturbios lograron controlar y dispersar a los grupos más violentos, dejando tras de sí una calle Ferraz marcada por el desorden de una protesta que, lejos de disiparse, refleja un capítulo más de la polarización y el descontento que se vive en la sociedad española.

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