Si la formación de gobierno no se resuelve durante las próximas semanas, a más tardar la primera semana de septiembre, todo parece indicar que no se volverá a intentar hasta después de las elecciones gallegas y vascas del próximo 25 de septiembre. Es decir, no habrá gobierno hasta “la primera semana de octubre”. Estos son los cálculos que ya manejan los ‘populares’. “No vamos a tener establecidas mesas de negociación en Madrid mientras nos peleamos en Galicia y el País Vasco. Habrá un impass de tres semanas”, explican fuentes ‘populares’.
Y todo ello a pesar de que este martes el escenario ha cambiado sustancialmente. El giro inesperado de Albert Rivera ha cogido por sorpresa incluso al Partido Popular. El presidente de Ciudadanos ha comparecido en el Congreso de los Diputados un día antes de su nuevo encuentro con el líder del PP, Mariano Rajoy, y ha vuelto a comunicar un cambio en la posición consensuada por su Ejecutiva: podría votar “sí” a Rajoy, siempre y cuando éste acepta seis condiciones relacionadas con la regeneración política.
Con este movimiento, Albert Rivera consigue uno de sus principales objetivos: que Rajoy mueva ficha. El trato que propone Ciudadanos es que si el PP acepta quitar a los imputados de los cargos públicos, eliminar los aforamientos, cambiar la ley electoral, acabar con los indultos por corrupción política, limitar los mandatos a ocho años y crear una comisión de investigación en el Congreso sobre el caso Bárcenas, el “sí” estaría asegurado. Aunque para ello, Rajoy tendría que fijar la fecha del debate de investidura ya, independientemente del resto de apoyos.
Fuentes ‘populares’ creen que Rajoy “lo aceptará”, aunque también reconocen que con este anuncio les pone en “un brete”. “Así se aseguran que el debate de investidura sea antes de las elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco”, explican las mismas fuentes, convencidas de que este órdago perjudica al PP, puesto que el “sí” de Ciudadanos ayuda, pero no es determinante. Aún le faltarían siete apoyos más y aquí es donde se plantean varios escenarios con el 25S como punto de inflexión.
Si finalmente Rajoy acepta las condiciones de Rivera y pone fecha a la investidura ya, es probable que Ciudadanos no permita que este debate se demore hasta después de las elecciones autonómicas de Galicia y el País Vasco. En este caso, la única salvación del PP sería la abstención del PSOE.
Formación de Gobierno en el País Vasco
Ahora bien, si el debate de investidura se retrasara hasta después del 25 de septiembre, fuentes 'populares' reconocen que el papel del PNV pasaría a ser fundamental. Todo parece apuntar a que tras las próximas elecciones vascas el PNV va a necesitar los votos de los ‘populares’ en el Parlamento Vasco para que Iñigo Urkullu siga siendo lehendakari. Es posible que Bildu y Podemos sumen más escaños en conjunto que el PNV y el PSE.
Y esto probablemente sería utilizado por Rajoy. “Se trataría de un intercambio de síes técnicos”, explican desde el PP, pero eso no llevaría implícita ninguna concesión en temas de política penitenciaria. “Sí podríamos hablar sobre Presupuestos”, reconocen las fuentes consultadas, pero no habría “cesiones ideológicas” y esta sería la baza del PP para que Ciudadanos no se apeara. De hecho, antes de la comparecencia sorpresa de Rivera éste era el escenario que ya manejaba el PP, conscientes de que para poder gobernar, aunque fuera a partir de octubre, se tendrían que dar «todas las condiciones».
Otra opción, sin embargo, sería que Rajoy se presentara al debate de investidura ya, lo perdiera, y volviera a presentarse tras las elecciones del 25 de septiembre con el panorama un poco más despejado que ahora. ¿Está dispuesto Rajoy a pasar por una investidura fallida? Esta es una incógnita que aún tiene que despejar, y en vista del órdago de Albert Rivera, tendrá que ser antes de lo esperado, aún a riesgo de que el PSOE siga instalado en el «no».
Elsa S. Vejo