lunes, mayo 20, 2024
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Soraya admite por primera vez que en 2012 hubo una amnistía fical

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La amnistía fiscal, el ‘caso Rato’ y el fraude vuelven a acaparar por segunda semana consecutiva toda la atención parlamentaria. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el líder de la oposición, Pedro Sánchez, y sus ‘números dos’, se han enzarzado en torno a esta controvertida cuestión. Por un lado, los socialistas han reclamado más calidad democrática en las instituciones y han vuelto a exigir al Gobierno una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados y que se publique la famosa lista de la personas que se acogieron a la amnistía fiscal en 2012, entre ellos los 715 con actividad pública que están siendo investigados por blanqueo de capitales. Por otro lado, y como era previsible, Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría se han negado en rotundo. “Ustedes quieren que se publique, yo que se investigue”, ha zanjado la vicepresidente del Gobierno, quien ademá ha admitido por primera vez y en un momento de debilidad, recién explotado el caso Rato, que lo que hubo en 2012 fue una amnistía fiscal. El presidente advierte de que ocultando estos datos es como cumple la ley. Sánchez ha prometido que si no lo hacen ellos, lo hará él «cuando llegue al Gobierno»

El primero en intervenir este miércoles en la sesión de control al Gobierno ha sido el secretario general del PSOE. Ha recriminado a Rajoy «falta de calidad democrática» en las instituciones públicas desde que el PP gobierna. Y le ha acusado de utilizarlas en su propio beneficio. Como ejemplos ha puesto la elección del presiente de RTVE o la del presiente del Tribunal Constitucional, que hasta tuvo carnet del Partido Popular. Y seguido le ha vuelto a exigir que publique la famosa lista de los 30.000 amnistiados -715 de ellos relacionados con actividades públicas y sospechosos de blanqueo- y que acuda al Parlamento Nacional a «rendir cuentas» sobre la financiación irregular del PP. «Ha sido el presidente que más comparecencias ha rechazado. 70 para ser exactos. Le exijo que comparezca, rinda cuentas y explique su relación con la trama 'Gürtel'». En lo que a la lista de amnistiados respecta, ha asegurado al final de su comparecencia y cuando el presidente del Congreso, Jesús Posada, le estaba quitando la palabra, que si no la publica el Gobierno lo hará él cuando sea presidente.

Rajoy ha aprovechado su turno de réplica para dar la vuelta a la tortilla y proporcionar la primera estocada de la jornada. «Me reafirmo, En España no hay ninguna pérdida de calidad democrática. Lo que sí hay es una pérdida de calidad en la oposición democrática de nuestro país», ha espetado. Rajoy ha refrescado la memoria a los socialistas, y les ha recordado que ellos también nombraban a dedo a los presidentes de RTVE y que el nombramiento del nuevo presidente del TC salió adelante con sus votos favorables. Dicho esto, ha empleado el tiempo restante en defender su amnistía fiscal y su decisión de no publicar los nombres de las personas que se acogieron a la misma. Según el presidente, las decisiones de su Gobierno «han permito aflorar 124.000 millones de euros que ahora van a tributar aquí». Así pues, y volviendo al baúl de los recuerdos, ha recordado al PSOE que ellos hicieron dos amnistías fiscales (en 1984 y 1991) y que en los 22 años que estuvieron en el Gobierno nunca publicaron esos datos. «Hicieron bien, y yo voy a cumplir con mi obligación», ha zanjado, dejando claro que tampoco tiene ninguna intención de comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar con más detalles estos hechos, puesto que la amnistía «ni borra, ni limpia delitos».

Santamaría sí habla de «amnistía fiscal»

Aunque el verdadero momento tenso de la jornada lo han protagonizado la vicepresidenta del Gobierno y el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando. El socialista ha arrancado su intervención con dos fotografías. En una mostraba un abrazo entre Rajoy y Rodrigo Rato. Y en la otra la detención del que fuera vicepresidente económico con Aznar. «Usted pretende que se olvide una imagen con otra», ha espetado el socialista.

A Santamaría no le ha quedado más remedio que enfrentarse a ello. Le ha pillado con la guardia baja, y en vez de tirar de argumentario oficial y hablar de «proceso extraordinario de regulación», se ha referido textualmente a la «amnistía fiscal». Sin hacer mención a las fotografías mostradas en sede parlamentaria, la vicepresidenta ha optado por el famoso 'y tú más'. Santamaría ha recriminado que las amnistías socialistas fueron «opacas, sin control y dando intereses a los defraudadores». Y ha recordado al PSOE que en su bancada aún se sientan tres imputados por el caso de los ERE: Manuel Chaves, Gaspar Zarrías y José Antonio Viera. «Tome menos fotos y más decisiones con su bancada», ha rematado.

Hernando, por su parte, ha insistido en la publicación de la lista de los defraudadores y en la comisión de investigación. «Mientras, no pueden hablar de transparencia y regeneración democrática sin que se les caiga la cara de vergüenza». La vicepresidenta ha insistido en defender la labor del Gobierno en materia anticorrupción: «Ustedes quieren que se publique, yo que se investigue».

Montoro, acorralado

Claro que si hubiera que identificar el centro de la diana, ese lo reencarna el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Pupilo de Rodrigo Rato, y reconocido por él mismo, un «gran amigo» del exvicepresidente del Gobierno que actualmente está siendo investigado por fraude y blanqueo de capitales. Este miércoles, en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, ha vuelto a intentar tirar de la estrategia oficial y venderse como el héroe del Gobierno. Según Montoro, nada de lo que hoy sabemos se hubiera conocido sino hubiera sido por su labor en el Gobierno. Un argumentario que no cuela entre la oposición parlamentaria. Hasta siete preguntas ha tenido que responder en el Congreso, y al menos en cinco de ellas le han vuelto a exigir la dimisión.

«Ustedes quieren que me marche, pero ya me iré. Nada en la vida es eterno. Pero antes vamos a sacar a España de la crisis», ha espetado el ministro de Hacienda en referencia a las peticiones formuladas por el diputado de La Izquierda Plural, Alberto Garzón, y los socialistas, Pedro Saura y Patricia Hernández. «Con ustedes, el caso de Alí Babá y los 40 ladrones se nos queda corto», ha llegado a decir Garzón. Mientras que minutos después el socialista Saura le advertía que «lo suyo no aguanta ni un minuto más». Montoro ha intentado por todos los medios defenderse. Se ha referido insistentemente al dinero aflorado gracias al «proceso de regularización fiscal», pero de poco le ha servido porque la vicepresidenta ya ha hablado abiertamente de «amnistía fiscal».

El ministro de Hacienda ha intentado colocarse en la picota de la investigación contra el fraude, pero este miércoles le han bajado los humos. Alberto Garzón ha tildado de «inaceptable» que haya señalado fiscalmente a actores o medios de comunicación y se niegue a hacerlo con personas que «se decían patriotas y son los peores delincuentes». Y los socialistas no se han querido olvidar de la empresa que fundó Montoro «para asesorar a aquellos que quisieran pagar menos impuestos», ha zanjado Saura, que no ha dudado en burlarse del ministro por negar por activa y por pasiva una amnistía que este mismo miércoles ha reconocido la vicepresidenta del Gobierno.

 

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