martes, mayo 7, 2024
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«Ponen el cartel de ‘Reservado el derecho de admisión’ a la universidad»

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Se comunicaba el 7 julio. En plenos exámenes y de cara a las vacaciones. Parecía que los festivales musicales y la playa ahogarían durante los meses estivales las protestas por la subida de las matrículas universitarias. El decreto 66/2012 de la Comunidad de Madrid aumentaba 5,8 euros el precio del crédito para el próximo curso 2012-13. Y la proximidad ya ha acabado, porque está aquí. Este domingo Esperanza Aguirre se acostaba con la certeza de que este año no inauguraría ella el comienzo del curso universitario y este lunes la Universidad Autónoma de Madrid despertaba con unos profesores y estudiantes furiosos. No por su ausencia, sino por su aún presencia al frente del Gobierno que le ha encarecido el acceso a la enseñanza pública. ESTRELLA DIGITAL entrevista a Jorge Riechmann, profesor titular de Filosofía Moral de la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los presentes en las protestas de este lunes en la UAM.

«Su ausencia indica lo anómalo de la situación», dice Riechmann en referencia al desplante de la presidenta de la Comunidad de Madrid. «El acto era la inauguración del curso académico. Normalmente es un acto rutinario, pero en este curso tan anormal se ha convertido en una protesta y Aguirre ha acabado enviando al director de Universidades, Jon Juaristi». Desplante, huida o encierro, porque cualquier motivo para su espantada sólo es pura especulación. La presidenta aún no se ha pronunciado. «Ella sabrá. Estaba anunciado que vendría, se daba por sentado».  

Así se ha ahorrado la pitada estudiantil y la espantada general del salón de actos de la Facultad de Medicina de la UAM de los miembros que encabezaban la inauguración. «Los rectores no se han unido a las protestas, estaban más bien pasivos. Todos los de las primeras filas han abandonado el salón. La protesta ha sido de profesores, del personal administrativo y de servicios y de los estudiantes».

Y esto sólo ha sido el principio de un principio. A partir del 17 de septiembre, y como nada lo pare, comienza una huelga indefinida en la Comunidad de Madrid en todos los sectores de la educación. «Habrá diferentes formas de protestas entre escuelas y universidades públicas. La Universidad Complutense presentará la semana que viene una campaña de desobediencia civil a la que podrán unirse el resto de universidades».  Se trata de medidas específicas para profesores y personal administrativo contra las normativas en educación del Gobierno central y de Madrid: «Son ilegítimas. No sólo chocan contra la Constitución si no contra sus propios programas electorales, por tanto se justifica no cumplir esas normas».

Para el profesor de la UAM Jorge Riechmann la «brutal» subida de las tasas para las matrículas universitarias es una vuelta al pasado: «Es como poner el cartel de reservado el derecho de admisión para las capas con más problemas económicos de la sociedad», lamenta. «El acceso a la universidad es uno de los mayores logros de este país en los últimos cuarenta años y ahora se quiere frenar». Y para evitarlo pretenden echar para atrás la normativa madrileña que lo ha permitido. «Hay que poner en el mismo plano que los recortes el famoso Plan de Bolonia que han instaurado. Ese plan necesita más financiación, no más recortes».

La incomprensión se instala en las aulas del conocimiento para quedarse. Esta vez no se trata de aprender, si no de evitar no poder hacerlo. Y para conseguirlo, una salida de las aulas. Madrid prepara a partir del 17 de septiembre una huelga indefinida. «Una lucha hasta no se sabe cuando. Vamos a ver lo que podemos hacer».

Eva Díaz

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