En el Congreso, en el Senado, en la Asamblea madrileña, en el IFEMA, en el Palacio de Deportes, en el de Congresos, en la plaza de Toros de Las Ventas, en el Vicente Calderón, en el Santiago Bernabéu, en Telemadrid, en TVE, en colegios, en polideportivos u hospitales. Allí donde vaya, Arturo le pondrá un café.
Es uno de los empresarios más fuertes de España y de los que menos se sabe. En su círculo aparecen personas clave; el Rey Juan Carlos e Ignacio González. Al primero le une la caza, deporte por el que comenzó su amistad, al segundo; las adjudicaciones y una mujer; Lourdes Cavero.
La esposa del vicepresidente, hasta el momento sin carrera empresarial alguna y dedicada al negocio de la subastas, es la mano derecha de Arturo Fernández. El dueño del grupo Cantoblanco la elegía en septiembre de 2011 como presidenta adjunta y vicepresidenta de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM). Fernández no sólo es presidente del CEIM, también de la Cámara de Comercio madrileña y de la CEOE de Madrid. El hombre que vio crecer su negocio con las adjudicaciones públicas concedidas por la Comunidad madrileña, supe elegir a su compañera de equipo.
Con negocios en diferentes sectores, Arturo Fernández suma más de 79 cargos en diferentes empresas: Mapfre, Bankia, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, Fábrica de Armas de La Coruña y todas las derivaciones de su grupo Cantoblanco. Entre los históricos, fue consejero de Intereconomía Corporación SA o del Hospital de Vallecas, S.A., en el que ahora se encuentra a José Luis Ulibarri como vicepresidente, imputado en la ‘trama Gürtel’.
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