El Ministerio de Defensa se ha ganado fama de trabajarse a conciencia las escenografías en las que aparece la ministra Carme Chacón. A falta de ruedas de prensa, sus únicas comparecencias distaban miles de kilómetros de su despacho en el Paseo de la Castellana y eran en lugares como Afganistán, Djibuti, Kosovo, Sarajevo o Haití. Los viajes se realizan, bajo rigurosa invitación, en el Airbus 320 del Grupo 45 del Ejército del Aire. Lo habitual es que el ministro de Defensa alterne en los pasillos del avión con la prensa desplazada bajo designio ministerial con la condición de ‘off the record’. Menos con Chacón, que alega habitualmente dolores de garganta o mareos para no mezclarse con la prensa. Así las cosas, el asunto informativamente se reduce a una comparecencia con un brindis con las tropas, sin preguntas y otras diez o doce horas de vuelo de regreso a la base aérea de Torrejón.
Así era hasta el último viaje de la ministra a Seychelles. Defensa alega para dejar a medios fuera la falta de espacio porque, según sus portavoces, “la prioridad es para las televisiones”. Pero en este viaje se ha encontrado con sorprendentes “noes”. La Sexta, Telecinco, autonómicas y alguna agencia ha dicho a Defensa que no desplazaba a sus reporteros “por falta de interés informativo”. Puede que la ministra haya perdido caché tras su renuncia a la lucha por ser candidata, o más bien, apuntan periodistas especializados, los medios se han saturado de “viajes sorpresa” de la ministra faltos de interés informativo, en un momento en que las redacciones están bajo mínimos a causa de la crisis.
Lejos queda aquel día en que un helicóptero tuvo que desplazar a un equipo de televisión española a la base de Istok (Kosovo) para que la ministra pudiera anunciar en directo en el telediario, la retirada de aquella misión en los Balcanes. Aquella fue la primera, mayor y más conocida metedura de pata de Chacón en su labor al frente de Defensa, porque no había consensuado la retirada con EEUU, ni con los aliados europeos, ni siquiera con sus jefes de Moncloa.
Por cierto, este lunes la ministra ha dicho en Sheychelles que autorizará que los atuneros lleven ametralladoras pesadas a bordo para evitar asaltos piratas. Mientras, en Afganistán nuestras tropas viven la mayor ofensiva talibán de los últimos años, EEUU se plantea qué hacer allí y la guerra en Libia sigue siendo incierta.
María Linares