En la primera jornada, estos dos importantes focos de atracción turística apenas habían registrado perturbaciones por el movimiento de protesta, avanzado hace once días en el Centro Pompidou, y que se generalizó ayer con el cierre del Museo de Orsay y de concurridos monumentos como el Arco del Triunfo o la Sainte-Chapelle.
A pesar de no poder sumarse a la huelga, por tratarse de un centro religioso, los turistas que se acercaron el jueves a catedral de Nôtre-Dame de París tampoco pudieron subir las escaleras que conducen a las torres. La huelga de museos y monumentos puede extenderse a los próximos días si así lo deciden los trabajadores que se reunirán en cada uno de los centros a primera hora del viernes.
El detonante de la huelga
La protesta, convocada por la intersindical del Ministerio de Cultura en contra de los recortes presupuestarios y las supresiones de empleo previstos dentro del plan de Revisión General de las Políticas Públicas (RGPP), fue tibiamente secundada en su primera jornada.
Entre las medidas que prevé el plan del Ministerio de Cultura se incluye el no reemplazamiento de una de cada dos personas que tomen la jubilación, lo que, unido a la caída de las subvenciones que denuncian los sindicatos, provocó la convocatoria de la huelga museística.
Después de recibir a los representantes sindicales, el ministro francés de Cultura, Fréderic Mitterrand, aseguró este jueves que no dará marcha atrás en la aplicación de la reforma que ha provocado la huelga. «Hay una reforma en la Administración, una reforma general», declaró el titular de Cultura, insistiendo que ésta «se debe aplicar».