Ni siquiera durante las fiestas navideñas la política madrileña dejó de protagonizar la actualidad nacional, y ahora que ya han pasado, todo indica que recuperará el mismo pulso vertiginoso que tenía antes de la Navidad: el mismo pulso crítico que no se ha perdido por efecto de las vacaciones o de las celebraciones tradicionales.
Ayer mismo, Gómez advertía de que “estamos dispuestos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance”, afirmaba el dirigente socialista que ha anunciado que su formación recurrirá todos los pliegos de condiciones que vayan sacando desde la Comunidad de Madrid “en esa hoja de ruta hacia la privatización de la sanidad”, para obstaculizar por todas las vías ese plan de desmantelamiento de la Sanidad madrileña.
El año en la Comunidad de Madrid ya había comenzado con la huelga de cuarenta y ocho horas del transporte suburbano, que paró el servicio sin orillar el hecho de que éste paro afectaría a muchos madrileños que querrían acudir a la Cabalgata de la noche de Reyes. La incapacidad, durante meses, de establecer acuerdos o, al menos, una mesa de diálogo en el sector, se materializó para escarnio de una comunidad en la que la presión social y el silencio oficial se enfrentan constantemente para desgracia de los ciudadanos.
Ayer, Tomás Gómez anunciaba: “Vamos a poner todos los obstáculos institucionales, todos los obstáculos judiciales y desde luego no vamos a cesar en nuestro esfuerzo hasta conseguir que no se materialicen las privatizaciones de la Sanidad”
«Desastre absoluto»
Esta es la tónica en la región para el socialista Tomás Gómez, quien ha considerado que los cien días de Ignacio González, el heredero de Aguirre, al frente de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, representan “un desastre absoluto” y que “este tiempo ha estado marcado por los recortes y el desmantelamiento y la privatización de los servicios públicos”, lo que, para él “demuestra que a este Gobierno del PP sólo le mueve el negocio de unos pocos con lo que es de todos”.
Gómez realiza un balance negativo de estos cien días de gobierno del ‘popular’ Ignacio González
Tomás Gómez realiza un balance extraordinariamente negativo de estos cien días de gobierno del ‘popular’ Ignacio González y ha puesto el énfasis en una de las medidas que ha provocado más rechazo por parte de los ciudadanos. Gómez, además de criticar la decisión política del gobierno regional ha lanzado un aviso para “navegantes”: ha dirigido a las empresas privadas el proceso de privatización de la sanidad que se ha iniciado con la aprobación en el Pleno del mes de diciembre de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales de la Comunidad interesadas en “hacer negocio” en el ámbito de la salud madrileña, que se lo piensen porque, según sus palabras, repetidas en varias ocasiones, “será un mal negocio”, y del mismo modo, el socialista se comprometió a que lo primero que hará cuando gobierne en Madrid será revertir todas las privatizaciones.
El líder socialista madrileño, un dirigente político que no se enreda en un lenguaje en absoluto “florentino”, sino que aborda el tratamiento de los problemas de la Comunidad de forma directa y diáfana, ha hecho un durísimo balance de la llegada de González al despacho regional de la Puerta del Sol. “Con la marcha de Aguirre, en la investidura del heredero los madrileños se preguntaban quién es Ignacio González. Ahora sabemos que es el epílogo trágico de los gobiernos populares en la Comunidad de Madrid”, ha dicho Gómez a los periodistas que le siguen en su actividad política, añadiendo que “el problema es que en este epílogo el PP está escribiendo algunas de las páginas más tristes de nuestra historia con medidas tan injustas y peligrosas como la privatización de nuestros hospitales y centros de salud o la implantación del euro por receta”.
Recurso del euro por receta
Gómez ha puesto el dedo en la llaga que más duele al Partido Popular, puesto que esta medida, aplicada antes por el gobierno de la Generalitat de Catalunya, rompe la estrategia general del gobierno popular que pretende “limitar” el alcance de las medidas de copago para evitar así un nuevo incumplimiento electoral. González, por su parte, evita la estrategia global de su partido y ha ignorado cualquier advertencia planteada por sus compañeros de formación con mayores responsabilidades en la dirección del mismo y al frente del gobierno de la nación.
Aguirre ha multiplicado su presencia en actos políticos de su partido
Y esa es, seguramente, la cuestión capital: Ignacio González ignora cualquier “instrucción política” porque no se siente “vinculado” con el PP de Rajoy, y eso que forma parte de sus órganos nacionales. González considera que sólo debe lealtad y disciplina a quien lo encumbró al cargo y ante quién sí está dispuesto a dar explicaciones, como quedó claro en la imagen que mostró durante su discurso de investidura, derramando lágrimas por su antecesora. Y en eso, González no se equivoca puesto que Aguirre sigue siendo la “lideresa”. Ya dijo en su día Esperanza Aguirre que ella sólo “abandonaba la primera fila de la política”, y por eso ha multiplicado su presencia en actos políticos de su partido, ha iniciado una colaboración habitual con un medio de comunicación, ha “desmentido” la declaración que hizo anunciado que “volvía a su puesto” en la administración y ha pasado a ser una más entre los muchos asesores políticos con que cuenta el gobierno.
Los socialistas consideran que, en la recta final de su tiempo al frente de la Comunidad, la versión del PP que representa Ignacio González está actuando “con mucha soberbia y ha decidido apretar el acelerador de las privatizaciones consumando el mayor expolio del patrimonio de los madrileños jamás visto”. Dice Tomás Gómez: “Hoy nuestros hospitales, nuestros centros de salud, nuestros medios de comunicación públicos, el Canal de Isabel II, el Metro,… todo Madrid está siendo troceado y vendido al mejor postor, cuando no al mejor amiguete”.
Para Gómez el periodo de gracia de los cien días se salda con un balance claramente negativo: “En sólo cien días, el PP de Ignacio González ha prohibido la entrada de los ciudadanos a la Asamblea de Madrid, ha criminalizado a médicos, asociaciones y ciudadanos por el sólo hecho de oponerse a sus medidas, ha cuestionado el derecho de huelga recogido en nuestra Constitución, mientras que al recién elegido presidente se le siguen acumulando las sospechas de corrupción, ya sea por su implicación en el caso de los espías, en la trama Gürtel o con su ático en Marbella.”
Hoy tenemos en Madrid un presidente que ha decidido llevar al extremo las políticas neoliberales
El socialista Tomás Gómez ha afirmado también que Ignacio González empezó su mandato diciendo que la responsabilidad es “un marrón” y que “hoy tenemos en Madrid un presidente que ha decidido llevar al extremo las políticas neoliberales de su partido dando la espalda a los ciudadanos, sin darse cuenta de que cuando uno gobierna de espaldas a la gente, acaba por encontrarse a la gente de frente”.
Pero no de la mano de su partido, puesto que González actúa, en apariencia, por libre, con relación a la calle Génova y mucho más en dirección a la Moncloa. Por eso es posible que también haya conseguido, como principal logro, que la comunidad sanitaria, incluyendo a los médicos, se haya integrado de forma homogénea en una actitud común de rechazo de la política del gobierno regional.
González, en sus cien días, ha demostrado que la deuda de Cajamadrid, aquella que tiene grabada a fuego en su conciencia, y que fue su “descarte” como candidato a presidir la entidad financiera que luego daría lugar a Bankia, es suficientemente sólida como para que considere que en el PP nadie le va a dejar mucho más recorrido que el que ya ha realizado. Por eso, quizá, Gómez, no tiene dificultad en realizar un balance tan negativo.
Y eso que cien días no son más que el comienzo de su mandato, en el que la opinión pública parece que no va a ser una de sus preocupaciones.