La UEFA ha sancionado al FC Barcelona con una multa de 30.000 euros por la presencia de esteladas en las gradas del estadio Olímpico de Berlín durante la celebración de la pasada final de la Champions League contra la Juventus.
El máximo organismo del fútbol europeo se reunía este jueves en Nyon para decidir qué castigo imponía al club después del expediente abierto en julio. La sanción está causada por lo que la UEFA califica como un ''comportamiento inapropiado'', basándose en lo que dice el artículo 16.2, apartado e) de su código disciplinario, donde regula el «uso de gestos, palabras, objetos o cualquier otro elemento para transmitir un mensaje que no tenga cabida en un evento deportivo, particularmente mensajes que sean políticos, ideológicos, religiosos, ofensivos o de una naturaleza provocadora».
Se especulaba con que la sanción impuesta podía incluir también el cierre durante algunos partidos del Camp Nou, aunque finalmente esto no se ha producido.
Distintas opiniones entre políticos
El presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, veía ''lógico'' que la UEFA entrara a sancionar, y añadía que esto iba a servir para que ''se dejara de utilizar políticamente el deporte''.
Una postura totalmente contraria era la que tenía el ex presidente del equipo culé, Joan Laporta, quién criticó a Cardenal llamándole ''oportunista'' y mantuvo que una bandera ''no puede suponer ninguna agresión''. En esta misma linea se manifestó Neus Munté, vicepresidenta de Cataluña, quien consideraba esta sanción ''extremadamente grave'', ya que a su entender no se respetaba la libertad de expresión.