viernes, abril 26, 2024
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Gesink se corona y Froome sale como favorito tras una etapa para la historia

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El 3 de septiembre de 2016 no será un día cualquiera para el ciclismo. La etapa reina de la Vuelta a España cumplió con las expectativas e hizo vibrar como hace tiempo que no se recordaba. Y eso que no hubo diferencias entre Nairo Quintana y Chris Froome. El británico respondió a los sucesivos ataques del colombiano, y sale como favorito tras los 196 kilómetros de este sábado. Una multitud de escapados, entre los que reinó Robert Gesink, y un ataque inesperado de Simon Yates, revolucionaron una carrera repleta de incertidumbre. El de Orica, que dio una verdadera exhibición, asciende al cuarto escalón en la general.

Una treintena de escapados

Cuando una etapa presenta tres puertos de primera categoría y uno final catalogado como especial, se sabe de antemano que la locura puede apoderarse de la carrera. Por ello desde los primeros compases se notó la tensión, y las ganas de muchos por meterse en una fuga que pudiera pugnar por el triunfo si los hombres de la general se despistaban. Casi una treinta corredores se adentraron en la fuga, ante la imposibilidad del pelotón de cortarles, conscientes de la dureza de un recorrido de 196 kilómetros.

Y no corredores menores. Rubén Fernández, Dani Moreno, Joaquín Rojas, Benatti, Van Garderen, Robert Gesink… Un buen puñado de ciclistas que anticipaban una intensa batalla con el pelotón en los kilómetros finales. Con esas tres balas en la escapada, Movistar cedió el mando de la carrera al conjunto Sky desde el principio. Durante los dos primeros puertos no hubo hostilidades. Tanto en la cabeza como atrás se rodó a un ritmo constante, que aun no siendo muy rápido, hizo ceder a una multitud.

Simon Yates, invitado especial

Fue en el Marie Blanque, penúltimo puerto, en el que la carrera se volvió loca. Más bien en los últimos cuatro kilómetros de la ascensión, siempre en torno al doce por ciento de desnivel. A falta de treinta y nueve kilómetros, Simon Yates lanzó un ataque ignorado por los hombres importantes. Su arrancada fue importante, y la estrategia de Orica perfecta. El británico se encontró a su paso a todos los compañeros que habían cedido en la fuga, tras tirar con el objetivo de desgastar al conjunto Sky.

Yates conectó con Haig, que le llevó hasta que la distancia con el pelotón era de 45 segundos. Le soltó y coronó sólo. Después se encontró con  Gerrans, Nielsen y Keukeleire, que ponían un minuto y medio de por medio. El consolidado movimiento de Orica preocupó a Movistar, que vio amenazado su liderato en la clasificación general y tomó las riendas. También colaboró Tink-off, para que Contador no cediera más posiciones.

En la cabeza de carrera, se formó un corte. Bennett, Bernard, De Clercq, Silin, Bakelants y Elissonde consiguieron hasta un minuto de ventaja con respecto al grupo perseguidor, formado por Zubeldia, Gesink, Frank, Pardilla, Dani Moreno, Van Garderen, Rolland, Cataldo, Villilla… La distancia, que no paraba de crecer, comenzó a disminuir justo antes del arranque del temido puerto.

Ascensión final

El guion se mantuvo intacto en los primeros kilómetros de subida al temido Aubisque. Los cuatro grupos instaurados mantuvieron unas diferencias constantes, hasta que con la llegada de las pendientes más duras se desató la locura que se presagiaba. Gesink abandonó el grupo perseguidor en busca de la cabeza de carrera. Por atrás, el cansancio de los gregarios puso un momento de incertidumbre. Alguien tenía que atacar o imponer su ritmo, y Quintana fue el primero en probarlo. El colombiano aceleró y provocó el tirón del resto de ciclistas que aguantaban entre los mejores. Valverde, fatigado, cedía terreno.

Esos momentos de parón en el pelotón fueron un respiro para Yates, que pudo volver a poner noventa segundos de por medio. La progresión del británico fue meramente espectacular. Alcanzó al grupo perseguidor, y tras unos segundos, lanzó un nuevo ataque en busca de Gesink y Bakelants. Quintana, consciente de la necesidad de una renta mayor para salir vivo de la contrarreloj, volvió a retar al resto de favoritos con una nueva ofensiva. Froome y Contador, respondieron. Chaves, al igual que su compañero, decidió probar en solitario con un importante ataque.

Se quedó sólo el terceto. Miradas de temor, de respeto. Hasta que Alberto, el que menos tenía que perder, probó. El líder de Movistar llegó, y prosiguió, sólo seguido por Froome. El de Pinto, en crisis, abandonaba sus opciones. El colombiano lo intentó, una y otra vez, pero el británico siempre alcanzó su rueda, y entró a meta sin ceder ni un sólo segundo. El triunfo de etapa fue finalmente para Robert Gesink, que se erigió como el más fuerte de entre los escapados. 

Alberto Puente

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