viernes, abril 26, 2024
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La herencia de Cameron

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En la política como en la vida misma está demostrado que quien juega con fuego acaba quemándose, como dice el refrán.

Y es precisamente eso lo que le acaba de ocurrirle al recién dimitido Primer Ministro Británico, David Cameron, quien se metió en un fregado descomunal, como los analistas políticos de todo el mundo reconocieron desde el primer momento, por convocar un referéndum en el Reino Unido sobre su salida o permanencia dentro del seno de la Unión Europea.

El órdago a la grande que echó y ha perdido el señor Cameron le ha hecho perder su puesto político, pero además pasará a la histora como la persona que al mismo tiempo acaba de meter a la Unión Europea y al propio Reino Unido en una crisis sin precedentes que tendremos que ir valorando poco a poco en que deriva y que futuras consecuencias aporta, ya que cmo era previsible y así se había anunciado hemos comprobado tras el primer seismo una inmediata caida de los mercados bursátiles y financieros, además de una fuerte depreciación de la propia Libra Esterlina.

Recordemos como David Cameron, hacía  pocos meses antes, que se la jugó también con el referéndum independentista de Escocia, que no olvidemos que lo ganó por los pelos, pero que con su convocatoria comenzó a quebrar pilares de la propia Unión Europea, debido a que en varios paises comunitarios su acción unilateral dió alas a los independentistas de varias regiones europeas a desplegar con más ímpetu y fuerza sus reclamaciones soberanistas y de ruptura con sus estados. Y no satisfecho con un solo referéndum, se emocionó y convocó otro referéndum, que curiosamente no estaba en el programa electoral de los conservadores británicos, y que arrastrado especialmente por sus adversarios políticos euroescépticos se prestó a convocarlo, prepararlo y ejecutarlo, pensando que su figura y argumentos sobrarían para convencer a los británicos de los parabienes de seguir instalados dentro de las fronteras políticas de la Unión Europea, como lo hizo con los escoceses.

El orgullo y mal cálculo de David Cameron convierte a la enredada situación política europea en una tragedia, donde ya se han apresurado los «Le Pen» de turno a pedir la disolución de la Unión Europea y referéndums similares en sus Estados donde los euroescépticos, cada vez más numerosos lamentablemente, tienen amplia representación.

Pero Cameron no sólo puede llevar a la hecatombe a Europa sino que con  el resultado de este referéndum puede ser el comienzo del fín del propio Reino Unido, ya que especialmente los escoceses que han votado junto a norilandeses en favor de la permanencia a Europa, se sienten engañados con toda la razón por David Cameron y conpañía, ya que en la campaña del referéndum escocés uno de los principales argumentos que les vendieron y prometieron desde Londres es que si los escoceses no se independizaban tenían asegurada su continuidad en la Unión Europea. Ahora ya comienzan desde Edimburgo a pedir inmediatamente un segundo referéndum por el cariz que han tomado los acontecimientos, y porque se siente estafados y engañados por los dirigentes ingleses.

Y no olvidemos la imagen del ultranacionalista Farage quien brindaba tras conocerse la victoria del Brexit con sus famosas pintas de cerveza, luciendo su hipócrita sonrisa, pero mejor haría en recordar que una victoria hoy puede ser una derrota amarga de ruptura y disgregación en un futuro no tal lejano para su amada y defendida bandera de la Union Jack.

Carlos Iturgaiz

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