Dice un refrán español para expresar la falta de agradecimiento por un favor concedido, que a un burro le hicieron obispo y lloraba. Se puede aplicar este proverbio a la situación griega perfectamente. Me refiero a que a los griegos parece que no les servía todo el dinero en ayudas inyectado por la Unión Europea en su país, ya que los hechos actuales es que una mayoría de ellos siguen festejando la victoria del “no» en el famoso referéndum griego, cuya pregunta nadie entendía, pero que puestos a votar en la cuna de la democracia se vota lo que sea. Como no puede ser de otra manera.
Sólo les faltó añadir que había primero antes de votar, poner a votación si tenían que votar, como se hacía en las asambleas estudiantiles de los Institutos de Enseñanza Media allá por comienzos de los años ochenta.
Lo que ha ocurrido en Grecia lo plasmaba muy bien un rotativo alemán en su portada, titulando que los griegos con la victoria del «no» se hunden y encima lo celebran. A mi esa reflexión me vino a recordar aquella famosa aldea gala donde Asterix y Obelix a base de pócimas y puñetazos ponían en jaque a todas las legiones romanas que osaban acercarse a aquella minúscula aldea.
Pero más que pócimas y puñetazos va a tener que poner Tsipras encima de la mesa de la negociación con la troika comunitaria si no quiere que las celebraciones de hoy de sus afines pasen a lloros y disturbios en poco tiempo, porque el nuevo rescate, y van tres, ya aprobado, traerá unas medidas y recortes durísimos que veremos en que acaba esta historia en Grecia.
Hoy día, tras la aprobación del tercer rescate hay que recordar a todos esos que bailaban, gritaban y vitoreaban a favor de Syriza en la plaza céntrica de Syntagma en Atenas. Estoy seguro que los días después de esas celebraciones se habrán seguido despertando, porque sigue amaneciendo también en Grecia, y se irán dando cuenta y viendo que cada día esos mismos ciudadanos son más pobres, que no pueden disponer de su dinero ni de sus ahorros, ya que, están retenidos por un corralito en los diversos bancos del país. Su Estado no tiene ni un céntimo de Euro para seguir pagando las pensiones de los pensionistas, las pagas de los funcionarios o la manutención de escuelas y hospitales públicos, y así hasta un sinfín de cosas más, que hunden a Grecia en materia económica por culpa de su actual gobierno y que conlleva verdaderas tragedias familiares en muchos hogares.
Me recordaban aquella película del director Sidney Pollack titulada «Danzad malditos» donde sus protagonistas bailaban hasta la extenuación
Volviendo a la celebración de los ganadores del referéndum, sus cánticos, alborozos y bailes me recordaban aquella película del director Sidney Pollack titulada «Danzad malditos» donde sus protagonistas bailaban hasta la extenuación en busca de un premio. En este caso, los bailarines de la plaza Syntagma no se recreaban en los famosos sirtakis, emulando a Anthoni Quinn en Zorba el griego, sino que sus movimientos descompasados venían a decir algo así como – que se joda Europa, que con nosotros los griegos no van a poder-. El famoso no pasarán, y vaya si pasaron….
Porque la radiografía de la situación griega actualmente es desoladora. Grecia es una hucha sin fondo, y es un país sin solvencia alguna que en su día no debería haber entrado en la Unión Europea, por no cumplir sus requisitos, y por no tener, no tiene ni catastro.
Pero lo más preocupante en estos momentos es que este Gobierno griego de extrema izquierda está dejando a su pueblo en la indigencia, y la Comisión Europea ya está encargando una propuesta de ayuda humanitaria. Para uno de sus socios comunitarios, como las que se envían a países que han sufrido catástrofes humanitarias o como esos países en donde su población viven conflictos bélicos.
Estos días serán cruciales para los griegos y el conjunto de los europeos, y lo que estoy seguro que ocurrirá es que a partir que se despeje la duda griega, Europa tendrá que pensar con los que se queden como hacer una nueva estrategia económica y financiera para la Unión Europea.
Carlos Iturgaiz