viernes, abril 26, 2024
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Parados abusones

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Leo el magnífico artículo de Luz Sanchis, frío y descarnado, sobre la nueva política de penalización a los parados, ejemplificado con un caso imaginariamente más que creíble. Penalización que consiste en sospechar que nos están robando impunemente la prestación que los demás les damos mientras no trabajan, los muy parados. Reflexiono y me doy cuenta, no sin pena, de que ya no entiendo nada. Que me empieza a invadir un vacío y una sensación de sinsentido. No sé que pensar. Pero entre la confusión crece el enfado.

No sé si este aspecto de la reforma es vital para sanear las cuentas públicas. No sé si encierra la clave del déficit y la explicación económica no ya a la crisis hipotecaria, sino a la recesión mundial que nos ha sobrevolado. En él está la causa de los millones de parados que se han sumado en dos años.

Me preocupa que hasta ahora las agencias de calificación, de papel tan sobresaliente en esta crisis, no se hayan pronunciado al respecto. Y me preocupa, también, que Bruselas no felicite de inmediato al Gobierno por esta lúcida medida, ejemplificadora y fatal para el desorden económico interior y el mal ejemplo en la eurozona.

Me mantiene la confianza en el PSOE saber que a la hora de enfocar los debates y de transmitir a la ciudadanía la dialéctica de las causas y de las consecuencias de la crisis y el desempleo, se haya elevado, en el tan demandado debate sobre la reforma laboral, el principio de la vigilancia contra el tramposo empleado por encima del ridículo principio de la legislación diseñada para proteger derechos laborales. Espero con ansia un pronunciamiento de Ferrán en la sede de Ferraz.

Será que la historia, con su larga experiencia, acusa con insistencia a los puñeteros trabajadores de subvertir el orden natural de las cosas con su tendencia, no menos natural, a aprovecharse del sufrido empleador y del estado, esa gran tetaza que oprimen sin pudor para vaciarla y dejarla más que seca mientras pasan ellos de currar como es debido.

Felicito a quienes han dirigido el debate y al partido del gobierno porque al fin han puesto la llaga sobre el punto clave de esta infamia – o se dice al revés, no sé, todo es tan raro-, la misma llaga que hacía escapar recursos fundamentales del estado por la ranura falsa del abuso sin limites del misero empleado sin empleo, tan dado, ya sabemos, a escaquearse y a flaquear en sus deberes.

Se acerca la huelga general como se acerca el mes de septiembre. No me extraña ninguna de las dos cosas.

Rafael García Rico

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