sábado, abril 27, 2024
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De IVA, «rebeliones» y despachos

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La larga sesión del Senado propagó los argumentarios políticos de los grandes partidos, que se echaron en cara la «hecatombe» causada por la crisis, la «rebelión» fiscal, y la falta de responsabilidad. Entre loas de los senadores socialistas al Gobierno y las críticas rotundas de la oposición, sobrevoló el malestar socialista por la suma de los votos del BNG y PP en las mociones que cada uno presentó (y ganó) para instar al Gobierno a dar marcha atrás en su decisión de elevar el IVA a partir del 1 de julio. De tal forma que la portavoz del PSOE, Carmela Silva, le emplazó así al representante nacionalista gallego: «Dejémosles sólos. Ahí es donde se sienten más cómodos» para así fortalecer «a la izquierda».

José Manuel Pérez Bouza (BNG) no se dejó seducir y votó su moción, que fue apoyada por la izquierda (ICV, IU y ERC), y por CiU, que repaldó también la del PP. Ambas salieron adelante, aunque no son vinculantes. Por su parte, el portavoz del PP, José Manuel Barreiro, respondió a los dos principales ataques: «No nos sentimos nada solos, estamos acompañados por más de 10 millones de votos en este proyecto político». El segundo fue el de la «rebelión» fiscal, que así ha sido interpretada por el Gobierno tras ser aireada por la presidenta de la Comunidad de Madrid. «Ustedes no saben ni la a ni la e: la primera es la atención y la segunda el entendimiento», dijo para negar que la declaración de Esperanza Aguirre conllevara la insumisión.

Antes se había producido el rifirrafe entre la senadora popular, María Dolores de Cospedal y la vicepresidenta económica, Elena Salgado. De Cospedal negó validez a los argumentos del Gobierno para la subida del IVA y vaticinó que se produciría el efecto contrario. «¿Hecatombe!», le gritaban desde las bancadas socialistas. «Sí, hecatombe», enfatizó De Cospedal. Su pregunta aumentó la irritación. «¿Ustedes no saben tomar medidas que no provoquen el aumento del paro?».

Elena Salgado, que aclaró a los periodistas que las mociones no alterarán la previsión del Gobierno, se fajó en la defensa de su política económica con la portavoz popular, que fue la diana de algunas críticas socialistas por su intervención «insustancial», según la senadora socialista Carmela Silva. Pero los populares, que denuncian una campaña en toda regla contra la dirigente del PP, no lo dejaron pasar. José Manuel Barreiros denunció desde su escaño la «fijación» contra su secretaria general.

El pleno dio para múltiples preguntas sobre política agraria, industrial, sanitaria y educativa. Y también para los despachos. La senadora Leire Pajín acogía en su escaño a la mayor parte de ministros al término de su intervención. Se diría que llevaba consigo su oficina de Ferraz. Departió un rato con Miguel Sebastián, quien había resaltado el éxito del Gobierno en el sector del automóvil -«se podrá criticar muchas cosas a este Gobierno, pero ésta no» y, sucesivamente, con Trinidad Jiménez y con Bibiana Aído, con quienes mantuvo dilatadas conversaciones. No hizo lo mismo la ministra Cristina Garmendia, que se ausentó con discrección, y el ministro de Educación se limitó a brindar un saludo discreto a la dirigente del PSOE.

Chelo Aparicio

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