martes, mayo 7, 2024
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El choque entre consejeros de PP y Cs ahonda la brecha del Gobierno de Ayuso

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El rifirrafe entre el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, y el de Políticas Sociales, Alberto Reyero, viene de semanas atrás, tras conocerse el elevado número de muertos en las residencias de la Comunidad durante la pandemia.

Una situación que llevó a Isabel Díaz Ayuso a entregar al consejero el PP el control sanitario de las residencias, un desaire al que el consejero de Cs -responsable de estos centros- no dio importancia, asegurando que eso es lo que él había reclamado desde hacía tiempo.

Pero el último choque se ha producido estos días después de que este mismo jueves el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, afirmara que el Ejecutivo de Ayuso dio la orden de no hospitalizar a pacientes de residencias de mayores.

Iglesias basó sus afirmaciones en las palabras de Reyero, que había calificado de «inmoral» e incluso «ilegal» un protocolo que desaconsejaba la derivación de las residencias a los hospitales de aquellos ancianos con infección respiratoria que no pudieran caminar por sí solos.

Según explicó Ruiz Escudero este jueves en el pleno de la Asamblea, este documento era «un borrador» que se envió «por error» a los centros sociosanitarios y dijo que llegó a haber hasta seis versiones del protocolo.

La propia Ayuso comentó el martes que se trataba de «uno de los múltiples borradores que se estuvieron estudiando» pero aseguró que la orden «no se llevó nunca a ningún lugar».

Justificación que ha rechazado Reyero este viernes: «¿Un borrador es un documento que está firmado digitalmente, en el que aparece una hora y además que se envía en un correo en el que se pide que se distribuya a los hospitales y a las residencias?», se ha preguntado.

«Ellos dos tendrán que acordar cuál es la versión correcta, si se envió o no se envió», ha apuntado Reyero en referencia a la presidenta y al consejero de Sanidad.

El consejero de Cs, que no piensa dimitir ni cree que haya «razones» para ser cesado, insiste en que esos protocolos «decían cosas que no son correctas, que no son adecuadas» y que a su juicio «van en contra de la propia Constitución», dado que «una persona, por el hecho de que viva en una residencia, no pierde el derecho de ir a un centro de salud o ir a un hospital».

Además, asegura que avisó de «las consecuencias que podría tener un protocolo como ese» y que escribió tres veces a Ruiz Escudero sin obtener respuesta.

Este mismo viernes El País ha publicado que Reyero había avisado a Ruiz Escudero en dos correos al inicio de la pandemia de que si no le ayudaba podría ocurrir que «muchos» de los usuarios de las residencias «fallecieran de forma indigna» y que, si era negado el auxilio a las personas con discapacidad de cualquier edad, el Gobierno incurriría «en una discriminación de graves consecuencias legales».

La respuesta de Ruiz Escudero ha sido furibunda, lamentando el «fariseísmo político sorprendente» de Reyero, cuyas «filtraciones de cuestiones de trabajo» dice no entender «a qué responden».

«A mí me resulta sorprendente que haga referencia a correos personales en estos casos, sobre todo cuando hemos llegado a mantener con su Consejería 21 reuniones a las cuales no ha acudido ni una sola vez, y podía haber llamado», se ha quejado.

El choque de los consejeros es el broche de una semana que comenzó con un nuevo desencuentro entre la propia Isabel Díaz Ayuso y su vicepresidente, Ignacio Aguado, después de que éste convocara por su cuenta a los grupos parlamentarios de la Asamblea para empezar a hablar de la reconstrucción de la Comunidad.

Aguado consiguió sentar a PSOE, Más Madrid, Unidas Podemos y a su propio partido, Cs, pero no lo logró con Vox ni con su socio de Gobierno, el PP. Y tampoco acudió la presidenta.

Finalmente se ha impuesto el criterio de Ayuso tras la decisión del Consejo de Gobierno de este miércoles de mantener reuniones bilaterales con los grupos de la oposición empezando con Vox, al ser la formación que permitió la investidura de la presidenta, y siguiendo en orden de mayor a menor representación.

Los encuentros comenzaron este jueves y finalizan el viernes en medio de un clima de tensión.

Una imagen de división muy distinta a la que han logrado PP y Cs en el Ayuntamiento de Madrid, donde han conseguido ‘hacerse la foto’ con toda la oposición y sentar a Más Madrid y a Vox en la misma mesa para intercambiar ideas.

Andrea Levy, delegada de Cultura, Turismo y Deporte en el Ayuntamiento y miembro de la dirección el PP nacional ha dado un toque al Gobierno de la Comunidad, recordándole que la estabilidad se consigue «con lealtad, responsabilidad y ánimo de trabajar conjuntamente» y no con «siglas partidistas, no pensando que haciendo liderazgo y promoción propia eso va a tener rédito en las urnas». 

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