El Partido Popular, y su líder, Mariano Rajoy, ya trabajan con la vista puesta en una tercera convocatoria electoral de cara a diciembre. En Génova no ven muchas opciones más ante los resultados electorales que auguran todas las encuestas, tanto internas como publicadas, en las que ni el bloque de izquierdas ni el de derechas logra sumar una mayoría suficiente para gobernar. Y tampoco ante el veto que Ciudadanos ha impuesto a Rajoy. “Albert Rivera ha conseguido algo impensable hasta hace unas semanas: ha unido a todo el PP en torno a Rajoy”, subrayan fuentes ‘populares’ a Estrella Digital.
El PP no está dispuesto a dejarse amedrentar por Ciudadanos. Tampoco tiene ninguna intención de cambiar a su candidato porque Albert Rivera lo pida. “Si el 26J Ciudadanos baja y el PP sube, ¿lo lógico no sería que Ciudadanos se planteara cambiar de líder?”, se pregunta un destacado dirigente ‘popular’. El propio Rajoy lleva toda la campaña insistiendo en que él no tiene ninguna intención de echarse a un lado. Y menos aún, si mejora sus resultados. «Siento que estoy a mitad de la tarea y me encuentro con ganas, con ilusión con fuerza y sé lo que hay que hacer», advirtió este lunes en TVE.
Sin embargo, desde Ciudadanos y el PSOE insisten en que Rajoy no será presidente del Gobierno con su apoyo. “Lo que ocurre en campaña se debe de quedar en la campaña”, recordaba este lunes el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, en un desayuno informativo organizado por Estrella Digital, para restar importancia a las amenazas de Rivera. La cúpula ‘popular’ ha insistido en varias ocasiones en que no se cree estos vetos. De hecho, fuentes ‘populares’ creen que la estrategia de “los vetos de Rivera va orientada a robar votos al PSOE”.
Ahora bien, en el PP tienen claro que si Albert Rivera y Pedro Sánchez no facilitan aunque sea un gobierno en minoría de Mariano Rajoy, la única opción que queda es que ambos se unan a Podemos para echar al PP. Existe cierto “temor” a esta unión “desesperada”, aunque el PP también vería esta estrategia como el fin de la formación naranja. En Génova también cuesta creer que si finalmente se produce el ‘sorpasso’, el PSOE haga a Pablo Iglesias presidente del Gobierno.
Rajoy y su equipo ya han sacado las garras contra la formación naranja. «No tiremos los votos”, ha insistido el líder ‘popular’ en numerosas ocasiones. Y a medida que pasan los días, los desprecios a Albert Rivera y los suyos se multiplican en el PP. “Lo que todos creemos es que Podemos ha venido para quedarse, mientras que Ciudadanos es coyuntural”, advierten los ‘populares’, que ven a los naranja como “un partido de poca monta”, al que le “falta estructura ideológica y organizativa”.
Por ello, ante esta complicada situación, el PP sólo vuelve a ver tres opciones “viables”, tal y como ya ocurrió tras el 20D: una coalición (PP y PSOE, con la colaboración de Ciudadanos), un pacto de legislatura para gobernar en minoría o una nueva convocatoria electoral, que según Rajoy sería “un ridículo mundial”. Pero que, sin embargo, en el PP ya empieza a circular como una opción “muy posible”, según informan fuentes ‘populares’.
Acoso y derribo a Rivera desde el PP
La estrategia del PP en esta campaña consta de dos vertientes. En primer lugar, la polarización de la contienda electoral con Podemos como principal rival («moderados vs. radicales»). Y en segundo lugar, hacerse con los “restos”. Es decir, quedarse al menos con 300.000 de los 500.000 votos de Ciudadanos que el pasado 20D no se tradujeron en escaños y que al PP podrían darle entre 10 y 12 diputados más el 26J.
Este aumento, si Ciudadanos se mantiene en el entorno de los 40, permitiría al bloque de derechas colocarse cerca de la mayoría absoluta. Y aquí es donde el veto de Rivera podría ser verdaderamente relevante. En Génova existe la sensación de que en esta ocasión la última palabra la tendrá Ciudadanos. Y por ello tienen claro que si España se ve abocada a una nueva convocatoria electoral “será culpa de Albert Rivera”. “El PP o el caos”, insisten los ‘populares’. Para el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, ir a unas terceras elecciones sería «absolutamente indeseable» porque «la deslegitimación que tendríamos los políticos sería demoledora».
Los estrategas del PP no tienen ninguna duda de que alcanzarán la famosa “barrera” del 30% de los votos. Incluso se ven en condiciones de traspasarla. Aunque el detalle minucioso de la circunscripción sigue arrojando dudas. Moncloa no se creyó el reparto de escaños que hizo el CIS. Y tampoco se cree los que publican los distintos medios de comunicación.
Y por ello, los 'populares' han subido la apuesta: votar a Ciudadanos ya no sólo es «tirar el voto», sino que además podría desembocar en una nueva convocatoria electoral dentro de seis meses.
Elsa S. Vejo