«Señor presidente, ¿ha valorado los efectos de la reforma laboral?». Ésta es la pregunta que le ha formulado el presidente del Grupo Socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la sesión de control al Ejecutivo.
Una cuestión directa y concisa que no ha esquivado en ningún momento el jefe del Ejecutivo. Ante la enumeración de críticas expuestas por el socialista: «despidos más baratos, más fáciles, sin autorización, sin indemnización, injustos. Ésa es su reforma, la del despido», Rajoy ha comenzado recordando que el «récord» de despidos lo tiene «su Gobierno socialista». Y es que, el secretario general del PSOE se lo ha puesto en bandeja a su interlocutor ya que a la terrible cifra de cinco millones de parados se ha llegado bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.
«Ahora que el Gobierno coge el toro por los cuernos, me lo reporcha», ha señalado Rajoy. El presidente ha vuelto a defender su reforma laboral porque «tengo que pensar en los parados y en los pequeños empresarios».
El jefe del Ejecutivo ha sido claro: «Yo no voy contra los sindicatos ni contra nadie», argumentando los fallidos intentos del Gobierno para que los representantes de los trabajadores se pusieran de acuerdo en la reforma laboral. Además, Rajoy recuerda que cuenta con el apoyo de Europa, Estados Unidos y los empresarios. «Se van a quedar solos ustedes y los sindicatos», para terminar su intervención reiterando que la reforma es «justa, necesaria y adecuada».
«Los socialistas gobiernan con paro y con despidos masivos»
La reforma laboral ha vuelto a centrar las preguntas al Gobierno cuando la portavoz de Empleo del PSOE, Concha Gutiérrez, ha interpelado a la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. La diputada extremeña quería saber si el Ejecutivo considera que el abaratamiento del despido va a crear empleo.
La ministra le ha respondido con lo mismo que ha dicho desde que se presentó la reforma: Que está pensada para facilitar la entrada de los jóvenes en el mercado laboral, que creará empleo «cuando se recupere la economía» y que da más «flexibilidad» para que el empresario y el trabajador se pongan de acuerdo en época de crisis y el despido sea «la última opción».
Por su parte, Gutiérrez le ha pedido que mire a las personas que están saliendo a la calle y «escuche su voz». La socialista asegura que la sociedad quiere «consenso» y sentirse escuchada, «no quiere represiones como las que hemos visto en Valencia» y apuesta por utilizar el acuerdo de moderación salarial al que llegaron los sindicatos y los empresarios. Un acuerdo que Rubalcaba ha calificado en numerosas ocasiones como «magnífico».
Báñez señala que ese acuerdo está «incorporado» en la reforma y, sobre las marchas en la calle, indica que son «importantes», pero recuerda: «tan importantes como los once millones de españoles que nos votaron el 20 de Noviembre», respuesta que ha sido muy aplaudido por los diputados ‘populares’.
La ministra no ha desaprovechado su turno de réplica para responder a las críticas socialistas sobre el abaratamiento del despido recordando el caso de los EREs de Andalucía. «Para tristeza de todos, han jugado con empleo público, para llevárselo crudo», le ha espetado Báñez.
Además, la responsable del ministerio de Empleo ha defendido que la reforma «reconoce un nuevo derecho: el de la formación». Medida que cristalizará a través de la «cuenta de formación».
Enmienda del PNV
La reforma laboral ha sido la protagonista de cuatro de las preguntas orales e interpelaciones urgentes que se han hecho este miércoles en el pleno del Congreso de los diputados. Una de las interpelaciones ha venido de parte del diputado del PNV, Emilio Olibarria, quien ha anunciado que su grupo presentará una enmienda a la reforma para que el texto mantenga lass ayudas a los centros especiales de empleo. Unas ayudas que puso en marcha el Gobierno de Zapatero y que consisten en que la Administración Pública se hace cargo del 75% del salario mínimo interprofesional en estos centros. De tal forma que se «sigue apostando por la integración laboral» de las personas con capacidades diferentes.
Olibarria ha denunciado que en la nueva reforma laboral no haya «ni una sola mención» a los centros especiales de empleo. Algo que no comparte la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. «El Gobierno es muy sensible con los discapacitados», ha asegurado y ha prometido que estudiarán «juntos» la enmienda. Si bien, la ministra no ha desmentido las palabras de Olibarría y no ha aclarado si la reforma contempla o no seguir ayudando a los centros especiales de empleo.
Báñez se ha limitado a criticar que fue el anterior Ejecutivo el que puso en marcha la medida y con la que el PP «estuvo de acuerdo», pero asegura que no había financiación para llevarla a cabo y las Comunidades Autónomas «se vieron obligadas» a hacer frente a las ayudas.
Por lo tanto, «medidas para los discapacitados, sí, pero con responsabilidad», ha apostillado. Para terminar anunciando que se reunirá con el CERMI, las CCAA y todos los grupos parlamentarios porque «cualquier medida o enmienda para la discapacidad tendrán sitio en este Gobierno».
Cristina Rodríguez