Quienes dedican de forma profesional su vida al deporte, encuentran en él algo más que la satisfacción personal o la persecución del éxito. Las largas horas que transcurren entre entrenamientos y competición, propician que las personas vuelquen su vida en esa actividad. Eso supone, entre otras cosas, la posibilidad de entablar una profunda amistad. Más si sus caminos siempre se encuentran. Es el caso de Jesús Hernández y Alberto Contador, que la próxima temporada, otra vez, compartirán equipo: el Trek-Segafredo.
Una vida juntos
Tan sólo un año separa a estos dos corredores, que iniciaron de la mano sus trayectorias profesionales. Jesús Hérnandez, aquel al que ahora se conoce más por ser el mejor amigo de Contador que por su relevancia en la carretera, fue en el año 2000 la referencia del ciclista de Pinto. El madrileño, tras observar las bicicletas con las que corría su amigo, apostó por acompañarle en el equipo aficionado Iberdrola. A partir de entonces sus rumbos se han separado en contadas ocasiones.
En 2004 y 2005, Hernández y Contador compartieron equipo (Liberty). Sin embargo, en la figura del pinteño ya se vislumbraba a un futuro campeón. Sus caminos se distanciaron, y en 2008, mientras el madrileño fichaba por el Astana, el avilés yacía sin equipo. A finales de 2008, Alberto ya había conquistado tres grandes vueltas, y contaba con peso dentro del equipo kazajo. Es por ello que solicitó la contratación de Hernández.
Dos años después, en 2011, sucedió lo mismo en el Tinkoff. Y la próxima temporada seguirán la misma pauta. Contador anunció a través de las redes sociales su fichaje por el Trek y aseguró estar “muy contento” por la oportunidad. Hernández, más entusiasmado, afirmó que su objetivo era “apoyar a Alberto y el resto de líderes”. Respecto a su relación con su amigo, no dudó en afirmar que iba más allá de una amistad: “Es como mi hermano”.
Secretos compartidos
Jesús Hernández, a lo largo de los años, ha confesado diversas historias para refrendar la amistad que le une a Contador. En 2008, en aquel año en paro, realizó alrededor de 20.000 kilómetros en entrenamientos, gran parte junto al de Pinto, que ese año ganaría la Vuelta a España. Tanto tiempo juntos, que el de Avilés es capaz de reconocer el estado físico y mental de su líder con una mirada. “Cuando abandonó en el Tour estaba hecho una mierda”, confesó a un periódico local de Ávila.
Gracias a Hernández sabemos que Contador afronta esta etapa de una forma más relajada. La escasez de éxitos no ha supuesto un grave problema para él, sino que le ha restado presión. Ahora son Froome y Quintana los que deben de lidiar con la responsabilidad de proclamarse campeones. Eso sí, según ha contado el ciclista asturiano, la llegada de estos nuevos ciclistas motiva aún más a Alberto, que ha no ha bajado un ápice su nivel de entrenamientos pese a que en diciembre cumplirá treinta y cuatro años.
Ese trabajo es fundamental para la obtención de resultados, pese a que en la última Vuelta a España a Contador se le escapó el podio. No obstante, lo volvió a intentar como pocos lo hacen. En Formigal, un día después de la subida al mítico Aubisque, el de Pinto revolucionó la carrera al atacar desde el inicio. Y su maniobra acabó con Froome. Esa arrancada prodigiosa e inesperada, muy pocos la conocían de antemano. Y adivinen quién sí estaba advertido.
Probablemente la etapa en el Trek será la última de Alberto Contador, que tiempo atrás vaticinó su retirada para 2016. Jesús Hernández, un año mayor, podría optar por seguir su mismo camino, pese a que el trabajo de gregario le permitiría prolongar más su trayectoria. Sería el punto y final a una carrera como profesionales juntos, aunque lejos de la carretera, su vínculo permanecerá estrechado.
Alberto Puente