Los inesperados resultados en las dos rondas previas depararon una final inesperada, y a la par inédita. El Madrid partía como candidato, pero con un favoritismo menor al de otros equipos como el Valencia Basket o el Barcelona Lassa. Más sorprendente ha sido el buen hacer del Herbalife Gran Canaria, que volvió a demostrar hoy la magia de la Copa del Rey, al forzar a los blancos hasta el último suspiro. Al final, el equipo de Laso, con un Ayón estelar, se alzó con su tercera Copa consecutiva.
El Madrid, dispuesto a evitar el susto de la semifinal ante el Baskonia, saltó a la cancha enchufado y con un acierto notable. Jaycee Carroll con un triple en la primera posesión de ataque, advertía de que su muñeca estaba preparada para afrontar un choque de tal calibre. Felipe Reyes, bajo el aro, también se erigía como una amenaza para los canarios, que al ecuador del primer cuarto ya marchaban nueve puntos abajo. Un minuto después, tras una canasta de tres de Jonas Maciulis, los blancos adquirían la mayor ventaja hasta el momento: 16-6. La final parecía ponerse muy de cara para los blancos, pero la reacción del Gran Canaria, que se hizo esperar, llegó cuando restaban tres minutos para el final del primer envite.
Rabadesa, desde la línea de 6,25, y Alen Omic, redujeron la distancia a sólo cuatro puntos (22-18). En el Madrid, Ayón comenzaba a tomar cierto protagonismo. Una bandeja de Nocioni permitió al Madrid tomar algo de aire antes de que finalizase el primer cuarto, donde la buena defensa del Madrid se diluyó con el transcurso de los minutos. En el segundo asalto emergió la figura de Pablo Aguilar, que con seis puntos en apenas tres minutos metía a su equipo en la final (24-22). Eran los momentos más dubitativos del Madrid, que no encontraba fluidez en ataque y que dejó de ganar rebotes ofensivos.
Sin embargo, el encuentro siguió a rachas, y era el turno de Madrid. Tras un periodo donde las defensas se hicieron fuertes, los blancos lograron penetrar con más facilidad y Sergio Rodríguez y Nocioni volvieron a situar al Madrid en una situación más cómoda (36-26). Pero de nuevo los de Aíto García Reneses hallaron la solución a sus problemas. En esta ocasión, ante la dificultad para adentrarse en la zona, probaron suerte desde la línea de tres. El resultado, un éxito. Tres triples en apenas dos minutos colocaron el 40-38 con el que se llegó al descanso. Los blancos, siempre por encima en el marcador, no lograban mantener su alto ritmo cuando la ventaja era notoria.
Tras los quince minutos de tregua, el Gran Canaria dio ese paso al frente tan necesario. Un triple de Báez les puso por delante por primera vez en el duelo, y el Madrid no pudo arañar su férrea defensa hasta pasados dos minutos, donde Maciulis, de tres, desatascaba a los de Laso. El partido entró en una dinámica donde ambos equipos empezaron a arriesgar y a golpear a base de triples. Óliver para los canarios, Carroll… y de nuevo el lituano, que volvió a poner a los blancos por delante (56-50) cuando restaban menos de cuatro minutos para que finalizara el tercer cuarto. DJ Seeley, que ha cuajado una gran Copa, y un triple de Bangos casi sobre la bocina, dejaban un incierto 62-59 a falta de los últimos diez minutos.
El último periodo comenzó con el asedio del Madrid, que con un imperial Ayón logró un parcial de 9-3 (71-62) cuando apenas habían transcurrido cuatro minutos. La mejor transición facilitó el ataque de los blancos, ante un Gran Canaria que impotente que cedía demasiados rebotes. La diferencia se acrecentó hasta los doce puntos (70-82). La ventaja parecía definitiva, pero los canarios de nuevo presentaron batalla y se aprovecharon de la relajación de los blancos, para desesperación de Laso. Con once puntos en dos minutos, los de Aíto se colocaron 83-81, a 18 segundos para el final. Una reacción que proporcionó una emoción extra. Pero la muñeca no le tembló a Rodríguez, que puso el 85-81 definitivo. El Madrid alzó su tercera copa del Rey consecutiva con Ayón como MVP, tras sus quince puntos y seis rebotes.