lunes, mayo 6, 2024
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Una velada en Taormina

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Como este verano  Madrid no permite hacer planes con antelación ya que llueve o el calor te pone en situación límite, decidí pasar unas horas en Taormina.

Taormina, situada en la costa oeste de Sicilia ofrece unas maravillosas vistas del Mediterráneo. También el volcán Etna, actualmente en erupción y un maravilloso teatro griego donde estaba programada la ópera Nabuco, de Verdi, con su famoso coro, casi un himno de Italia, llamado  “Va, Pensiero”. Cuando en el querido país transalpino hay problemas, se agarran al famoso coro para recuperar fuerzas. Eso ocurre actualmente por las circunstancias políticas, culturales y económicas.

Estaba claro que Taormina iba a ser el centro del mundo y yo no podía faltar.

El viaje fue realmente corto: 5 minutos andando hasta el cine que conectaba en directo, vía satélite, con el Teatro Antico de Taormina para pasar una velada absolutamente italiana que comenzaba a las 21’30 para que la luna estuviera en la
mayor brillantez de su cuarto creciente.

Cada Acto tuvo su equivalente en tiempo con el descanso. Estos descansos operísticos cuando una no está cansada, irremediablemente acaban con unos antipasti al finalizar el primer acto, el plato base en el segundo acto  y un limoncello para culminar el tercero y preparar el cuarto y último. Sospecho que en Taormina hacían lo mismo.

Mientras tanto Nabucodonosor se enteraba de la traición de su hija adoptiva Abigail y ya de paso se convertía a la religión de Judea.

Juan Pons interpretó un Nabuco en su línea de gran barítono que le ha acarreado una fructífera carrera internacional. Chiara Taigi se lució como la mala, malísima, Abigail que un minuto antes de morir se arrepiente de todo lo malo que ha hecho. Esto es lo que se llama ser oportuna hasta el final.

La dirección escénica en un teatro griego es similar a la labor de un o una guardia de tráfico. Desde Grecia es así. Hay que mover a todos los participantes. Ahora se han incorporado luces, laser y diapositivas. Bueno, pues todo muy bien.

La orquesta y coro merecen ser resaltados por el entusiasmo que pusieron a las órdenes de Pier Giorgio Morandi al interpretar una música que sienten en lo más íntimo.

Larga y agradable velada. Aunque el cine está situado en la capital, a la salida del mismo nos recibió una brisa que juraría era mediterránea. Era lo que faltaba.

Concha Carbajo

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