Esta población madrileña se ha convertido en el pequeño Waterloo del Real Madrid de las rutilantes estrellas millonarias, y es otro síntoma, aunque en lo deportivo, de la decadencia general que invade la vida española. Todo va a juego y el Madrid, el equipo de fútbol más prestigioso del mundo, no está a salvo de este mal de ojo que nos invade por los cuatro puntos cardinales. Gobierno desarbolado, oposición desgarrada, corrupción a granel, el paro que no cesa y la caída a los pies del modesto equipo de Alcorcón del nuevo Real Madrid de las estrellas de oro, que corre el riesgo de ser eliminado de la Copa del Rey y que tiene ante sus narices el partido de vuelta frente al Milan de Berlusconi que ya los vapuleó en el estadio Bernabéu días atrás.
Otra prueba del desconcierto general que nos invade la ofrecieron cuatro ex vicepresidentes económicos del Gobierno de España, Solbes, Boyer, Rato y Solchaga, que asistieron al coloquio sobre la crisis española sin que ninguno de ellos ofreciera la fórmula mágica para salir de la crisis económica. Y sin que entre ellos se produjera un acuerdo global sobre el modelo a seguir, lo que prueba que estamos perdidos en un gigantesco laberinto donde nadie ha encontrado la salida y todos deambulan de aquí para allá, aunque una cosa sí parece clara: o la salida se busca entre todos con un esfuerzo nacional de responsabilidad general, aparcando las batallas ideológicas y electorales, o todos permaneceremos perdidos en esta trampa mortal que afecta a las familias españolas y al país entero en general.
Estamos en recesión, pero no lejos de la deflación y puede que tampoco de la depresión. Un término este último que en el ámbito económico se acerca al terror americano de 1929, pero que en el caso español puede aplicarse al estado de ánimo general de millones de ciudadanos que no ven la luz en el largo túnel sobre el que el Gobierno de Zapatero no deja de anunciar el final aunque lo aplaza una y otra vez ante la cruda realidad que nos invade. Ayer fue la vicepresidenta económica, Salgado, la que nos prometió el principio del fin de la crisis para el 2010, sin pronosticar trimestre y olvidándose de que no hace mucho el mismo Gobierno habló de los brotes verdes del 2009 que ya están secos, como seco está el campo por culpa de este otoño caliente y sin lluvias, convertido en otra plaga más de las muchas que castigan a este país.
¿Qué se puede hacer? Pues hay ejemplos que pasan por la unidad y por la cohesión de los españoles razonables y de bien. Un buen ejemplo tenemos ahora en el País Vasco frente al terrorismo. Y si volvemos al campo de lo deportivo valdría la pena recordar los éxitos recientes de nuestra selección nacional de fútbol, imbatida en la fase clasificatoria del Mundial del fútbol. Pero estos ejemplos no son suficientes, por lo que se ve, para animar a la clase política española, al Gobierno y a la oposición, a entenderse para ver si es posible encontrar una salida razonable y decente a este negro laberinto español.
El Real Madrid ha sido arrollado por un modesto equipo de Tercera División (o Segunda B), jóvenes ilusionados, sin fama ni grandes sueldos, que dieron la sorpresa y demostraron a los más grandes del fútbol español que con un poco de tesón, ilusión y sobre todo de esfuerzo y cohesión se pueden lograr hazañas como la ocurrida en Alcorcón. Otra vez David frente a Goliat, o un modesto equipo contra la soberbia millonaria del fútbol nacional. En suma, un ejemplo de que todo es posible, incluso cuando los grandes obstáculos se ven como gigantescas montañas imposibles de superar. Nada está escrito, y si los gobernantes no reaccionan será el pueblo español el que tenga que hablar. Y a buen seguro que lo hará a la primera oportunidad.
Marcello