domingo, mayo 5, 2024
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Depilación, tetámenes y traseros, el «cóctel Crusoe»

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'Qué bien depilada estoy'. Esa fue la primera frase para la posteridad que dejó Carolina Sobe, cuando se miraba por debajo de la parte inferior del biquini mientras Jorge Javier le pedía que se «despelotara». El nombre no tiene nada que ver con la famosa chica a la que siempre se refería Pedro Ruiz en 'Como Pedro por su casa' («qué buena estás Carolina»). El apellido, quizás le venga como anillo al dedo en cuanto comience a intimar con sus vecinos de isla. 

¿Que qué va a aportar? Palabrotas, ordinarieces y, cómo no, más tetámenes y traseros a los que dedicar primeros planos. A falta de sexo, lo que más les gustaría que se diese a Telecinco y a Jorge Javier Vázquez, lo que prima en esta edición son las delanteras de las participantes, salvo hasta ahora la de Bibiana Fernández, curiosamente la que menos problemas tenía para lucirla hasta llegar a Honduras, por aquello de desconocer la palabra «sujetador», y, como no, los traseros de todos ellos, no sólo incluyendo a los chicos sino también a los presentes en el plató, como demostró Pelopony con el «modelito» con el que visitó al «niño de los bermudas». 

La exchica Almodóvar, que quizás sea la próxima en abandonar, perdón, la próxima a la que la audiencia eche (la táctica de Anabel Pantoja para poder largarse sin tener que indemnizar a la productora con un solo euro da buenos resultados), ha empezado a desperezarse (parecía que la cosa no iba con ella), y ya se ha echado un enemigo, un Rafa Lomana que, como ella y Jong Li, también está nominado para salir. 

Después de la exhibición que dio Bibiana haciendo un puzzle de dieciséis fichas, tendría que haber salido de la isla a nado, sin barco de por medio. Si no es capaz de completar algo así (si no llega a mediar la realización del programa, inventándose una cuenta atrás, todavía estaría a estas horas intentando resolver el enigma del pelo de los ángeles), es de imaginar que en su vida habrá hecho uno de 1.000, qué digo 1.000 sino de 500 o de 100. Y no digo ya puzzles, sino rompecabezas de esos con cubos enormes con los que los niños pequeños intentan desarrollar sus sentidos. 

En las mismas estuvo Suhaila, la otra lumbreras que hace unos días nos deleitó también con otra frase lapidaria: «Confiar en 'la pezones', que nos va a sacar adelante». Se refería a la otra Viviana, la que no sabe nadar y que también dio un curso de subrmarinismo en la noche del lunes. La  enana gritona, ya saben Chiqui, estuvo a punto de tirarse de nuevo al agua y ahogarla por casi hacerle perder la prueba. 

Claro que a quien le puede molestar eso cuando lo que realmente tendría que hacer el gobierno español es comprarle al gobierno hondureño esos dos islotes, rodearlos de minas y aislarlos para que nadie pueda salir jamás de allí (salvo, como mucho, los técnicos y cámaras de la productora y una Raquel Sánchez Silva que bastante tiene con tratarse con esos especímenes a diario). Ya se sabe, a grandes males, y a fe que ver a todos esos sujetos es de los peores a los que un ser humano se puede enfrentar, grandes remedios. ¿Hay algo más sabio que el refranero español? Pues eso.

La mosca

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