sábado, abril 27, 2024
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Debate sobre el estado de la Nación

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Nunca he entendido esta chuminada americana del Debate de Política General o del estado de la Nación, que se inventó Felipe González para su mayor gloria. Es más, me parece una chorrada supina cuando hay control semanal al Gobierno en el Congreso y cada cierto tiempo hay Pleno. Pero si bebemos coca-cola y comemos en Burger King como si nada, qué más da imitarles en esto también, aunque siempre termine en fiasco porque no tenemos su tradición ni su fuerza democrática.

Crea una expectación inusitada y luego, salvo detallitos, casi siempre es un petardo

Lo de este Debate del estado de la Nación es algo así como la Corrida de toros de la Beneficencia: crea una expectación inusitada y luego, salvo detallitos, casi siempre es un petardo. Todos los años igual. Aunque debo reconocer que, como éste es el primer debate para Rajoy, lo mismo todo resulta distinto. No creo, conociendo al Presidente. Al final, todo quedará en propuestas desesperantes que terminarán con un ‘manda güevos’ vulgar pero demoledor. Mucho ruido y pocas nueces, en definitiva.

Con la calle incendiada por la izquierda radical, que es incapaz de detener la izquierda moderada (si aceptamos pulpo como animal de compañía y consideramos a la señora Valenciano una política moderada), y con un ataque demoledor al Presidente del Gobierno de los periódicos amarillos por intereses espurios, lo más probable es que la cosa termine como el rosario de la aurora. Bronca, en términos taurinos, ya que es posible que todo derive en un ‘y tú más’.

Aunque peor sería que cada uno fuese a lo suyo, con el Presidente del Gobierno diciendo que hay brotes verdes y que es la hora del crecimiento y anunciando propuestas que tendría que haber hecho hace seis meses y el Líder de la Oposición, ante su incapacidad para ver más allá de la señora Valenciano, a causa de los problemas internos del PSOE, limitándose a pedir la dimisión de Rajoy, ya que a Rubalcaba no le queda otra cosa para no hacer el ridículo. Si es así, al final, todo se habrá ido por los desagües del Parlamento.

Pero los españoles no están para broncas ni para diálogos de sordos

Pero los españoles no están para broncas ni para diálogos de sordos. Sobre todo, cuando las encuestas culpan a los políticos de todos los males de España.

Ya sé que no me harán ni pajolero caso porque el PP bastante tiene con lo que tiene y el PSOE bastante tiene con no auto disolverse en pleno debate. Pero yo creo que es el momento oportuno para que intenten llegar a un pacto que calme los ánimos de los ciudadanos y levante la moral de un pueblo bastante cansado ya de casi todo. Y, por supuesto, para que los propios políticos puedan recomponer sus deterioradas figuras.

Para ello, el asunto sería tan fácil como que Rajoy reconociese algunos errores y admitiese que hay ministros quemados, y que Rubalcaba reconociese que la cosa pública la dejaron muy mal cuando él mismo gobernaba con el Olvidable. Con ese reconocimiento, es posible que ambos expiasen sus culpas y todo fuese más sencillo.

Porque, si no llegan a ese pacto en este Debate del estado de la Nación, la sociedad se lo demandará con toda la razón del mundo. Y es que el estado de degradación democrática, crisis institucional y permanente escándalo de corrupción así lo exige. Amén.

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