Visto los tiempos que corren y las bodas que a veces son más fugaces que los posteriores divorcios, me hace preguntarme por qué la gente contrae matrimonio sin pensarlo demasiado. No entiendo a la gente que se casa de un día para otro con una relación de tres meses o con una persona que acaba de conocer. Me parece fundamental el factor convivencia, superar crisis, discusiones y conocerse el uno al otro, tomar una decisión que supone tal compromiso y tal desembolso de dinero, no me parece que sea para tomarlo a la ligera.
Esto me hace acordarme de más de uno y más de dos famosos que han pasado “por el altar” de buenas a primeras y que muchos de ellos han acabado en sonados divorcios. ¿Qué encanto tendrá tener 25 años o 40 y ser una divorciada?
Este es el caso de Britney Spears. La cantante se casó con un amigo de la infancia de locura en Las Vegas, como era de prever el matrimonio duró días. Dos meses después de su primera boda fallida, Britney pasó por el altar con el rapero Kevin Federline, tuvieron dos hijos y dos años después la cantante pidió el divorcio. Aún así, parece que la joven no ha perdido el gustillo por vestirse de blanco y de nuevo quiere pasar por el altar en breve, esta vez con su último novio, Jason Trawick. Espero que le salga mejor.
Otras famosas que me llaman la atención con sus bodas son Kim Kardashian, que pretende casarse por segunda vez, después de que su primer matrimonio durara pocos meses, y Ryan Reynolds, que ha celebrado su reciente boda con la jovencísima Blake Lively.
Esta claro que a Kardashian lo que le gusta es ser el centro de todas las miradas ya sea por protagonizar un vídeo X, como por vestirse cuarenta veces de blanco, a lo mejor quiere batir el récord de Elizabeth Taylor en divorcios y gasto en bodas.
El caso de Reynolds me llama más la atención. Hace poco más de año y medio que el actor y Scarlett Johansson pusieron fin a un matrimonio de dos años. Este verano el actor se casó de nuevo, esta vez la novia tenía 10 años menos que él, Blake Lively. La joven le dio el ‘sí quiero’ al ‘hombre linterna’ tras menos de un año de relación.
En España también tenemos nuestros sonados casos de bodas y matrimonios fugaces. La primera que se me viene a la cabeza es la hermana de la princesa Letizia, Telma Ortiz. La “hermanísima” se casó con Jaime del Burgo de sorpresa y tras una breve relación. Pocos meses después se rumorea sobre un inminente divorcio. Sara Montiel es otra de nuestras famosas con más rupturas a sus espaldas. El último gran boom lo dio con su boda con 
el cubano Tony Hernández, poco le duró la felicidad y mucho los trámites y guerras de exclusivas por el divorcio.
Pero no todo son rupturas y matrimonios fugaces, también los hay que duran en el tiempo como los de Paul Newman, Will Smith, Ana Belén, Antonio Banderas, Isabel Preysler y otros tantos.
Este fin de semana ha celebrado su boda Julio José Iglesias tras una larga relación con su novia Charisse Verhaert. El enlace ha sido eclipsado por la ausencia de su hermano Enrique, pero eso no impidió que los asistentes disfrutarán de una boda íntima y con mucha clase.
Espero que los recientes matrimonios duren en el tiempo y no se conviertan en una guerra para repartir los bienes en divorcios encarnizados.
Itziar de la Fuente- en Twitter @itz83– Estrella Digital
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