sábado, abril 27, 2024
- Publicidad -

Alberto Contador

No te pierdas...

El ciclista español Alberto Contador ha sido sancionado por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) a dos años de suspensión por haber dado positivo por clembuterol en el Tour 2010 y le ha quitado el triunfo en aquel Tour y en el Giro del año siguiente, de 2011. Como consecuencia de esta sanción, el ciclista español no volverá a correr hasta el 6 de agosto y, por lo tanto, se perderá el Tour y los JJOO de Londres de este verano. Como es natural, la sanción está provocando un debate muy dinámico e, incluso, agrio en todos los foros y en todas las redes sociales de internet. En ellos, se discute de todo y por todo. Y, lógicamente, se mezcla todo. Se mezcla, por ejemplo, el patriotismo español con la tardanza en llevar a cabo la sanción. Se mezcla el puritanismo extremo de los que defienden la limpieza del deporte por encima de todo con los que piensan que la cantidad de clembuterol era tan ínfima en el cuerpo de Contador que la sanción no es más que ganas de buscar un chivo expiatorio. Incluso, se mezcla todo ello con la Operación Puerto, aquella Operación Política de Jaime Lissaveztky que, en su día, fue presentada como la mayor de la historia de España contra el dopaje en el deporte y que, luego, quedó en nada y, aunque más tarde se volviera a abrir el sumario, aún está a la espera de juicio.

Por supuesto, respeto la decisión del juez único porque soy muy respetuoso con las sentencias de los jueces, aunque no sean emitidas por personas de la propia judicatura profesional. Y si un juez, en segunda instancia como es en este caso, ha condenado a Contador no seré yo quien defienda su inocencia.

Pero junto a ese respeto por esas decisiones de los jueces, también respeto mucho la presunción de inocencia y cualquier otro principio del derecho. Y un principio del derecho dice que la justicia, para ser justicia, tiene que ser rápida y, en este caso, se ha tardado, siendo una cosa tan clara y sencilla, 565 días o, lo que es igual, más de un año y medio desde que estalló el escándalo.

Y otro principio de derecho es que para condenar hay que hacerlo con pruebas fehacientes y el propio fallo del TAS reconoce que no se puede demostrar que Contador se hubiese dopado.

Por supuesto, tampoco se entiende que le dejasen correr el Giro 2011 y que ahora le quiten el título, cuando lo fácil hubiera sido prohibirle participar en él.

Y por último, no se comprende bien cómo a igualdad de delito no se apliqua la misma sanción. Y en el caso Contador no se han usado los mismos baremos sancionadores. Tal vez porque haya demasiadas justicias deportivas.

En definitiva, que todo huele mal. A mí, concretamente, el Caso Contador me huele a escarmiento. A esa vieja técnica de amedrentamiento muy propia del poder político. Sobre todo, cuando se trata de intimidar al ciudadano para que pague impuestos.

Pinocchio

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -