Hacía tiempo, con permiso del Barcelona y sus seguidores, que no veía un primer tiempo tan fantástico como el que el Real Madrid ha jugado en la Rosaleda frente al Málaga.
¡Qué manera de jugar al fútbol! Fueron 45 minutos perfectos; de manual de fútbol, por su riqueza y por la variedad de juego que los de Mourinho ofrecieron ante el equipo que más se ha reforzado en esta temporada.
El Real Madrid tiró de fútbol total: firmeza defensiva, control y dominio en la parcela central y ataque perfecto de los delanteros con ayudas inestimables de todo el equipo. Todos interpretaron como una orquesta bien afinada la búsqueda del espacio. Siempre encontraban al jugador mejor colocado para el remate.
El equipo de Mourinho en la primera parte ofreció todo un recital. Dominó al Málaga en todos los aspectos del juego, en lo técnico, táctico, físico y hasta en el estado de ánimo.
Como jugó el Real Madrid en los primeros 45 minutos es difícil hacerlo mejor. Jugó bien a un toque y a dos toques, pero sin sobar la pelota. La movilidad del equipo era continua así como la anticipación al juego rival. Cuando perdía el balón presionaba tanto, haciendo el dos contra uno, que enseguida recuperaba la pelota en campo contrario. Tanto la defensa como el centro del campo y la delantera ganaron todos los balones que disputaron. Lo hacían por la presión enorme a la que sometieron a un desconcertado Málaga que en la primera parte no sabía donde estaba.
El Madrid ha hecho uno de los mejores partidos de la temporada, sobre todo la primera parte que es para enmarcar. Ha conseguido meter cuatro goles por cuarta vez de forma consecutiva. Algo que logra por primera vez en la historia.
Era todo un reto para el Madrid su enfrentamiento con este Málaga reforzado hasta los dientes, y ha salido con matrícula de honor. Ha dejado claro que este año aspira a acabar con el monopolio del Barcelona de las últimas tres temporadas.
De momento se ha quitado de en medio con una facilidad asombrosa a este Málaga que presagiaba ser uno de los animadores de esta liga, y de paso se sitúa un punto por encima del Barça que tropezó contra un gran guardameta llamado Javi Varas, que devolvió el orgullo a los andaluces, que tan torpemente quiso arrebatarles Duran i Lleida con sus palabras.
Pellegrini desde que la temporada pasada saliese goleado por 7-0 del Bernabeu, salió a jugarle al Madrid con mucho miedo y trastocó su dibujo táctico habitual. Pellegrini ha vuelto a demostrar que es un técnico medroso y no apto para entrenar a grandes equipos. Con lo que tiene no es para salir tan asustado a jugar en su propio campo. Pellegrini se comportó como un entrenador mediocre.
También es cierto que si hubiese planteado otra táctica hubiese sido igualmente goleado por este Madrid que está en estado de gracia y que maneja todos los conceptos del juego. Se hizo dueño y señor del balón en una primera parte memorable, jugando a alta velocidad, tocando lo preciso y a un ritmo desenfrenado. Y todo en campo del adversario al que dejó K.O.
Higuaín, quien parece que no está pero siempre aparece, abrió la cuenta y después siguió el repertorio de Cristiano Ronaldo que se marcó un nuevo triplete, con goles de distintos colores y de diversa suerte. Los tres fueron de alta escuela, sobre todo el cuarto que resolvió con un toque de espuela digna del mejor jugador del mundo, con permiso de Messi. Lo he dicho y lo diré, Cristiano me parece un jugador más completo que Messi, maneja más suertes que el argentino. Cristiano es el delantero total. Por supuesto esta es una opinión personal.
Lo que no me gustó fue la celebración que hicieron Marcelo y el propio Cristiano cuando éste marcó el segundo tanto, con ese baile absurdo y chulesco que me pareció una falta de respeto hacia el Málaga y sus seguidores.
Con 0-4 se llegó al descanso. En la segunda parte, el Real Madrid salió muy relajado y el Málaga tiró de orgullo para salvar las apariencias. Entonces asomó Casillas que salvó a su equipo de encajar por lo menos dos goles. Iker estuvo muy bien en su 428 partido de liga con el Real Madrid, igualando a Gento, ya solo le superan Raúl, Sanchís, Santillana, y Fernando Hierro, manager general del Málaga, que vio como su actual equipo caía ante el equipo de su vida, el Real Madrid.
Casillas mantuvo su puerta a cero, pero quien estuvo inmenso fue Javi Varas, el guardameta del Sevilla, que mantuvo a raya al Barcelona y hasta pudo con Messi que no fue capaz de superarle en el penalti -más que riguroso- de última hora que el inefable Iturralde se sacó de la manga en el último minuto.
Lo de Varas fue impresionante, paró por tierra, mar y aire. ¡Qué manera de parar! Pudo con todo el Barcelona que se atascó cuando llegaba ante el pulpo Varas que fue el héroe del Camp Nou manteniendo su puerta a cero. Un prodigio de noche, la noche del orgullo andaluz en Barcelona. Y el Madrid, líder. Con permiso del Levante.
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Alfonso Celemín