sábado, abril 27, 2024
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“Spanish Revolution”

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Ignoramos el lugar al que va a llegar este movimiento ciudadano, pero a nadie le cabe la más mínima duda –con retraso- de que ya es algo mucho más importante que una “quedada” en la Puerta del Sol a través de las redes sociales. El mensaje de los convocantes ha calado tan hondo, en gentes con diferentes perfiles políticos y profesionales, que todos los partidos se están “poniendo de los nervios”.  Tanto es así, que la Junta Electoral Provincial de Madrid parece haberse contagiado de este tembleque y ha prohibido la concentración de la Puerta del Sol. Los argumentos para hacerlo son de calibre supino: «puede afectar a la campaña electoral y a la libertad de los ciudadanos en derecho del voto». Tan estupendo ha sido el argumento como la respuesta:  ante la prohibición, más concentración. Y así seguirá siendo salvo que clausuren el corazón de Madrid.  A esta reflexión sigue otra de Esperanza Aguirre: ¿»por qué» los manifestantes llevan acampados desde el domingo frente a la sede del Gobierno regional y no lo han hecho ante el Palacio de Moncloa?

Curiosamente, veinticuatro horas antes de que la candidata y presidente de la Comunidad de Madrid se hiciera esta pregunta que, en realidad, era un ataque, en Estrella Digital, Alfonso García le daba le respuesta en su columna: “En las muchas transmisiones televisivas que he tenido que sufrir del 2 de Mayo como fiesta de Madrid, tanto Leguina, como Gallardón y, por supuesto, Aguirre, aludían metafóricamente a la Puerta del Sol de 1808 como símbolo actual de la lucha de los madrileños contra el terrorismo, la injusticia, la droga…, y así cuantos ejemplos se les pudieron ocurrir en las dos últimas décadas.

Y es que Madrid tiene sus escenarios: las plazas de La Cibeles y Neptuno para las celebraciones futbolísticas, y Sol para las reivindicaciones políticas, sindicales y sociales como es el caso. La diferencia es que esta vez no parece una manifestación de ida y vuelta convocada por organizaciones oficiales, sino todo un movimiento espontáneo que se va contagiando al margen de las ideas políticas y clases sociales”.

Así que, por mucho que a Esperanza Aguirre, le “ponga” que el movimiento va contra ella o su Gobierno regional, nada más lejos de la realidad. El movimiento quiere remover conciencias y es una casualidad que su despacho tenga los balcones con vistas a la Puerta del Sol.  

Con la ilustración de este “sucedido”, no se hace más que confirmar que las autoridades y los dirigentes políticos no se han enterado de nada absolutamente. Tan despistados están de la realidad que siguen esquivando las críticas que se les están haciendo desde la “apolítica”.

Lo que se les está diciendo a los partidos de izquierda y derecha, por ciudadanos de derecha e izquierda, como decíamos ayer, es que reaccionen. Pero lejos de hacerlo se acusan mutuamente aprovechar la indignación social o de provocarla.  Pues mal les va a ir si siguen en esa línea que es, justamente, la que el movimiento #15M detesta.

En el exterior ya se habla de la “Spanish Revolution”. En España, aunque no se diga, muchos confían en que sea así. Al menos nos sentiremos vivos mientras vemos la «revolución» por la tele.

Aunque siempre nos quedará el 22 de Mayo.

Editorial Estrella

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