sábado, abril 27, 2024
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¡Ay!, el pacto

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La sola noticia de que entre españoles ha habido acuerdo debe ser motivo de satisfacción general. De un tiempo a esta parte en nuestro país no parecía existir consenso ni para la ley de la gravedad. Y de pronto se ha obrado el milagro entre Gobierno y Sindicatos y se ha alcanzado un pacto sobre pensiones, el menos malo que cabía esperar, tras unas negociaciones que dieron comienzo el 18 de diciembre de 2010.

La buena nueva llega cuando la EPA eclipsa el día poniendo sobre nuestras conciencias la cruel realidad del desempleo que supera ya el 20 % de la población activa y agranda la bolsa hasta cerca de cuatro millones setecientas mil personas. Una de cal y otra de arena. El farolillo rojo vuelve a ser para Canarias y Andalucía que se sitúan por encima del  28 %.

“El PP quiere hablar y quiere consensuar”, ha dicho Mariano Rajoy en Manzanares. Lo que apunta a que no está dispuesto a quedarse fuera del pacto que, por otra parte, ha sido bien recibido por la casi totalidad de las restantes fuerzas políticas. Si ello fuera así, España tendría por fin, ¡ay!, un pacto que llevarse a la boca, después de tanto tiempo de desencuentros entre PSOE y PP. Algo es algo.

No recordamos demasiadas ocasiones en las que se haya legislado a treinta años vista. Largo me lo fiáis, amigo Sancho, que dijo Don Quijote a su fiel escudero. Y es que en treinta años, plazo en el que tendrá plena vigencia el acuerdo alcanzado, pueden suceder tantas cosas que ni la bola de cristal maravillosa sabría darnos respuesta. En todo caso, los jóvenes serán los penalizados en un veinte por ciento de sus pensiones cuando les llegue la hora de la jubilación. Una vez más se anticipa el castigo a la generación perdida.

Si el pacto de las pensiones es indicativo de un gran pacto social global, estaremos ante una nueva época de las relaciones políticas, cuyos responsables parecen haber escuchado por fin la voz de la calle y se han puesto manos a la obra. Para el vicepresidente Rubalcaba  es posible consensuar con los agentes sociales y los partidos políticos las bases de la política industrial, energética y de I+D+I. El día que se logre habrá que organizar una verbena en la Puerta del Sol, por que a no dudarlo será día de fiesta para todos los españoles.

Las centrales sindicales, aun pudiendo salvar la cara ante sus colectivos, han debido hacer un ejercicio de contención para tragarse el sapo de un acuerdo que no va a complacer a buena parte de la opinión pública. Pero como lo mejor es enemigo de los bueno, Méndez y Toxo han pasado por el aro antes que tener que volver a las andadas con movilizaciones y huelgas que hubieran tenido menos seguimiento que la fracasada del 29-S. Y el Gobierno, por su parte, también ha tenido que ceder. En esto consiste un pacto: en democracia los partidos no se ganan por goleada.

El respiro que esto supone para José Luís Rodríguez Zapatero tendría que ser aprovechado por su Gobierno para pisar el acelerador y rematar la faena con las cuestiones sociales aun pendientes, entre otras la negociación colectiva y el reglamento de la ley de Reforma Laboral, ambas muy sensibles para el mundo del trabajo. Creemos, en resumen que se ha dado un paso importante y creemos también que la confianza en el Reino de España habrá subido enteros ante las insaciables presiones de la Unión Europea y de los mercados, ese ente travestido en formidable máquina de influencia de asuntos que no dan la cara.

Francisco Giménez-Alemán

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