La economía norteamericana, su PIB, crece al 3,5% anual con datos del tercer trimestre, y la española decrece al 4,1% en ese mismo período. Dicho así parecen los dos extremos opuestos, el techo y el suelo. Pero no se trata de porcentajes comparables aunque ambos aparezcan en los titulares de todos los medios.
Sí puede ser cierto que mientras la economía norteamericana está saliendo de la recesión la española está instalada en ella. También es probable que la recuperación norteamericana abra la puerta a la europea, e incluso a la española con desfase de dos o tres trimestres.
El Gobierno pretende que nuestra recuperación será un dato a mediados del 2010, pero su credibilidad es baja, han fallado tanto o más que todos los demás pronosticadores. Desde el sector privado, desde la banca a la distribución, que son gente muy pegada al terreno, sostienen que el 2010 seguirá en negativo y que hasta el 2011 no habrá recuperación en España.
Los datos más homogéneos, sin que lo sean del todo, entre EEUU y España son que allí la recuperación fue efectiva el pasado trimestre, del orden de siete décimas en tasa intertrimestral, mientras que aquí será negativa en cuatro décimas. Las estimaciones más fiables aprecian que en Estados Unidos el 2009 será de recesión, del orden del -2,5%; en la zona euro también recesión el 2009, -3,8%, y lo mismo, o una décima menos, para España.
Para el 2010 el panorama es menos favorable en España, nuestra economía lleva peso a la espalda y no crecerá el 2010, mientras que la zona euro entrará en recuperación, modesta, pero con aumento del PIB.
El debate en España debería girar en torno a cómo salir de la crisis y cómo evitar un largo periodo de estancamiento semejante al que han padecido Japón, Portugal o Italia. Sobre este problema: «Tareas necesarias para salir fortalecidos de la crisis», reflexionan estos días un centenar de economistas con credenciales convocados por Fedea que este mediodía presentarán conclusiones en presencia del secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, que es uno de ellos, aunque ahora en funciones de gobierno y, por tanto, sometido a deber de lealtad y prudencia.
El borrador de conclusiones ya se conoce, merece la pena estudiarlo y atenderlo, bien podría constituir un buen programa de gobierno para salir de la crisis, pero anda lejos de las intuiciones del presidente Zapatero, que bebe en otras fuentes y mantiene otras prioridades. Los hechos le apearán del burro.
Fernando González Urbaneja