«Soy el mamón más grande que haya nunca andado por la tierra». La frase es de Eric Roth, guionista De Forrest Gump y que también podría ser nominado para el Oscar de este año por otra película con Brad Pitt. Se lamenta de que todo el dinero ahorrado para su jubilación se lo ha llevado el sinvergüenza del inversor Madoff.
El que quiera tener el triste consuelo de que está, como damnificado, en compañía de famosos podrá presumir de ello. El canalla de Madoff ha entrado a saco en los ahorros de gente de Hollywood, una fundación benéfica Wunderkinder creada por Spielberg es una víctima confirmada, hay productores, guionistas, personas de todas las ramas que no sólo se sentían atraídas por los rendimientos que daba el desalmado Madoff sino, sobre todo, por las recomendaciones de amigos serios que llevaban años invirtiendo con él y que ahora se ven asimismo estafados. Entre los perjudicados está Ira Rennert, la persona propietaria de la mayor casa de Estados Unidos, una mansión en la zona de recreo neoyorquina The Hamptons que parece valer 185 millones de dólares.
Sectores especialmente tocados son los judíos, la Fundación Chais, por ejemplo, que costeaba estudios de unos 20.000 jóvenes israelíes o rusos tendrá literalmente no sólo que parar las becas sino que cerrar sus puertas. Se quedó sin un centavo. Otro palo se lleva la Fundación Elie Wiesel. Como comentaba alguien, «es como si un cura malvado estuviera robándole al Papa».
La pregunta en boca de damnificados y comentaristas es la de cómo Madoff pudo hacer esto solo sin que las instituciones que lo recomendaban encontraran nada raro. Un enjambre de abogados se prepara ya, contratados por lo damnificados, a investigar si determinados consultores financieros canalizaron inversiones hacia Madoff porque éste les daba una comisión irregular. Mort Zuckerman, millonario propietario del New York Daily News, piensa demandar al fondo que le aconsejó y que ha hecho perder 30 millones a su Fundación benéfica. Hay dudas sobre la viabilidad de la acción judicial. James Cox, catedrático de derecho de la Universidad de Duke comenta que «la idea de que van a recuperar el dinero es una quimera». Otros piensan que, en algún caso, puede prosperar.
Inocencio Arias