«Es una persona muy sensata y de toda la vida de la casa», «es cercana, cariñosa, pendiente de sus subordinados, detallista, exigente y meticulosa en su trabajo». Así califican a esta mujer varias fuentes de inteligencia consultadas, que destacan la estabilidad que dará a organismo que vela por la seguridad nacional.
La permanencia en el Centro Nacional de Inteligencia de esta madrileña de 61 años ha sido una buena noticia para los que trabajan para ella. Remarcan que lo mantendrá rodando con la fluidez que lo ha hecho en su tiempo como jefa en funciones, desde el pasado verano, cuando el general Félix Sanz Roldán pasó a la reserva después de una década al frente.
Esteban es accesible para los suyos aunque reservada en público y, según las fuentes, nada pagada de sí misma, sino más bien «como una madre», pendiente de sus empleados y deseosa de dotar a los trabajadores del CNI de un plan de carrera.
Además de la confianza de los espías españoles, Esteban se ha ganado la de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que han apostado por ella para dar estabilidad a «la casa».
Asumió la dirección interina el 9 de julio de 2019, después de unos meses algo accidentados con los ataques a Sanz Roldán por parte del excomisario José Villarejo, y expresó entonces en público su objetivo.
«Quiero que nuestra sociedad, nuestros conciudadanos, puedan estar tranquilos y confiar en que su servicio de inteligencia va a trabajar y esforzarse por garantizar su seguridad, su progreso y bienestar», dijo en presencia de Robles, que ahora le ha brindado su confianza para afrontar los retos nacionales e internacionales a los que se enfrenta España.
Especialista en política internacional, continuará comandando un organismo con alrededor de 3.500 trabajadores mezcla de civiles y militares pero con una presencia cada vez más acentuada de los primeros, a los que ella pertenece.
Esteban, licenciada en Filosofía y Letras, ingresó en 1983 en el entonces conocido como Centro Superior de Información de la Defensa (CESID). Fue una de las pioneras y lo vuelve ser ahora con la tranquilidad de conocer «la casa» como la palma de su mano y de haber estado en puestos de dirección desde 2004.
En 2010, al poco de que Sanz Roldán fuera nombrado director, pasó a ser la directora de su gabinete técnico y en 2017 ascendió a número dos -secretaria general-.
Estuvo así junto a Sanz Roldán toda su jefatura, en la que el general consiguió seguir al frente de los servicios secretos con gobiernos del PP y PSOE.
Figuraba en las quinielas para convertirse en la primera jefa de los espías españoles y su nombramiento hecho ahora realidad es, para los suyos, un «acierto al cien por cien».
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