Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado registraron en 2015 un total de 1.324 casos de delitos de odio, un 13% más respecto al año anterior, según el último balance anual publicado por el Ministerio del Interior. De estos centenares de casos, 108 son conductas relacionadas con el sentimiento de repulsa hacia alguien a través de internet y otros medios de comunicación.
Entre ellos, la trata de seres humanos es uno de los delitos más comunes y que mayor cantidad de dinero mueve en todo el mundo por detrás de las drogas y las armas. Cuando se comete este delito, además de violar los derechos humanos de la persona, su libertad y dignidad, también se viola su integridad física y emocional.
Las víctimas de trata suelen ser personas vulnerables, en especial mujeres, niños y hombres en condiciones físicas o económicas delicadas, que «acostumbrados a la discriminación no oponen resistencia», explica Interior en un comunicado. Las víctimas de sexo femenino rondan el 40% y las víctimas menores de edad superan el 10% del total, una cifra que se ha reducido respecto de años anteriores.
Otro problema grave es el acoso en la escuela. La Policía Nacional y la Guardia Civil imparten charlas a menores, orientadas a prevenir el acoso escolar, en los que tratan temas relacionados con conductas que pueden llevar a cometer o sufrir delitos de odio. Un total de 60 menores fueron detenidos en 2015, lo que «nos obliga a estar en alerta en todos los ámbitos, pero especialmente en el educativo», explica Jorge Fernández Díaz, Ministro del Interior.
Según Interior, el perfil de la víctima de trata con fines de explotación sexual es una mujer entre 23 y 27 años, de nacionalidad rumana y en situación de estancia regular en España. Del mismo modo, el perfil más frecuente de trata con fines de explotación laboral es el de mujer entre los 28 y 32 años, también de nacionalidad rumana y en situación administrativa de estancia regular. En el caso de los varones, el explotado por sus jefes es un hombre de entre los 38 y 42 años, de nacionalidad portuguesa y también en situación de estancia regular.
Fernández Díaz ha aprovechado la publicación de estos datos para expresar todo su apoyo y atención “a esas mujeres, hombres, niñas y niños que son realmente quienes sufren este endiablado delito». Además, el Ministerio del Interior, la Policía Nacional y la Guardia Civil intentan concienciar a la sociedad a través de las redes sociales.
¡NO lo permitas! Si eres víctima o ves u oyes indicios de un #delitodeodio, #DENÚNCIALO 091/062 pic.twitter.com/qV72oDv6Sn
— Ministerio Interior (@interiorgob) 13 de febrero de 2016
Protocolo contra los delitos de odio
En 2014 el Gobierno aprobó el Protocolo de Actuación para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para los Delitos de Odio. Un año después se ha actualizado para incluir novedades como la introducción de dos nuevos ámbitos: la discriminación por razón de género, y la ideología referida a la materia política, cultura, deporte o moral.
El Ejecutivo también ha puesto en marcha nuevos mecanismos para mejorar la atención, información y asistencia a las víctimas de estos delitos, entre ellos las Oficinas de Asistencia a las Víctimas del Delito. A su vez, la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ha creado la figura del agente encubierto informático, que persigue un mejor control de la difusión en las redes sociales de mensajes ofensivos que incitan al odio y a la violencia, o de aquellas publicaciones en internet que contengan contenidos que puedan constituir delitos de odio.