lunes, mayo 6, 2024
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Con el escrache en los talones

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El martes pasado, antes de comenzar su jornada de precampaña, aprovechó su visita al barrio de Argüelles, donde vence el Partido Popular por goleada, para hacer algunas compras. Empezó por la adquisición de un trozo de bacalao para cocinarlo al pil-pil en una tienda de la zona. Después, dudó entre unas alpargatas y una blusa de una boutique de la calle Princesa, hasta que al final se decantó por una camiseta informal de color rojo. “Talla ‘large’ por favor”, le dijo a una de las dependientas en un sofisticado inglés. Acompañada por su séquito de asesores y algunos fans, la candidata del PP a la Alcaldía de Madrid también entró en una óptica para ajustar sus gafas de sol. En otro de los comercios se hizo con un par de camisetas más. “Para la campaña”, comentó a sus seguidores. Todo pagado con American Express.

Una vez finalizadas sus compras, volvió a plantar su ‘chester’, esta vez en la explanada de la Iglesia del Buen Suceso. Entre besos, abrazos y autógrafos Esperanza Aguirre atendió a la multitud de vecinos que se acercaron a hablar con ella, la lideresa. “Guapa, guapa y guapa”, le decía una de las vecinas, vestida con abrigo de astracán y perlas. Ella, abrumada, pedía espacio para todos. “Hay que dejar el sitio a otros vecinos”. Otra mujer le comentó su preocupación por la posible privatización de los autobuses de la EMT: “Si lo privatizas, yo lo que te pido es que dejes el servicio como está”. “Claro”, respondió Aguirre. Otro simpatizante le preguntó: “¿Cuándo vas a venir a Aluche?. “¿Aluche? Voy hoy, esta tarde… Ah no, hoy es Villaverde”, contestó. Todo parecía ir como la seda hasta que por la tarde llegó al barrio que no recordaba que tenía que ir junto a su compañera de candidatura Cristina Cifuentes. Vuelta a la realidad. Allí la esperaba un grupo de activistas de la plataforma Stop Desahucios Villaverde, que luchan desde hace años para evitar los desalojos en el barrio, para hacerle un escrache. Para ella, los “acosadores” e “imitadores del matonismo de los seguidores de ETA en el País Vasco”.

“Te dejo el micrófono”

Un grupo de activistas de la plataforma Stop Desahucios Villaverde reventó el mitin de las candidatas del PP para denunciar los desahucios llevados a cabo en el distrito. Decenas de personas comenzaron a abuchear y a gritar consignas hasta que la lideresa perdió la paciencia y subida al atril interrumpió su discurso: “Si alguno de vosotros queréis hablar os cedo el micrófono. Tú, que haces esa señal tan obscena, te dejo el micrófono, pero sería de mejor educación que me dejaras hablar a mí”. Uno de los manifestantes accedió. “Venga sube”, dijo Aguirre. El activista tomo los micrófonos y explicó: “Lleváis cuatro años sin escuchar a Stop Desahucios, a las asociaciones de vecinos y a los distintos colectivos del barrio. Venís aquí para ganar cuatro votos, pero los que defendemos el barrio somos nosotros”.

Cifuentes tampoco se libró. Minutos antes de comenzar el acto decidió dar un paseo por la zona, pero no fue bienvenida. Durante varios minutos, algunos vecinos se acercaron para recriminarle la pasividad del Gobierno ante el drama de los desahucios. “¡Vergüenza!; ¡Fuera del barrio obrero!; ¡Aquí hay niños desnutridos! ¡Fascista! ¿Cuánto más vais a robar?”. Ella continúo su caminata, ajena a los gritos.

No es la primera vez que Aguirre y Cifuentes se encuentran con un escrache. De hecho, Aguirre aseguró este miércoles que no “piensa cambiar su campaña” por unos “energúmenos” porque ya está “curtida”. También se acordó de Pablo Iglesias. “Me parecen unos métodos que serán muy queridos por algunos, yo recuerdo a Pablo Iglesias haciéndole un escrache a Rosa Díez en la Universidad Complutense y eso no es un método democrático para el debate”. Por su parte, Cifuentes asegura que no tiene «ningún miedo». «No tengo temor a los reventadores profesionales que quieren impedir que podamos ejercer el derecho de poder expresarnos. Volveré a Villaverde y todos los distritos de Madrid a explicar mi prpyecto».

El candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, también tuvo que salir por la puerta de atrás durante la protesta contra un desahucio el pasado mes de febrero en el PAU de Carabanchel. Acudió junto a su equipo jurídico y tuvo que abandonar el lugar por los abucheos de los activistas, que le tacharon de “oportunista” por “aparecer en plena campaña electoral”. Carmona, días después, aseguró que prefería que le silbaran por acudir a un desahucio a que le critiquen por no ir. Por otro lado, el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, también se llevó un buen rapapolvo. Al igual que Carmona, decidió participar una protesta anti desahucio y acabó empapado. Los activistas le abuchearon y le arrojaron agua.

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