«Actuamos acertadamente. No me avergüenzo de ello. Las decisiones fueron efectivas. Y lo más importante, salvamos la vida de muchas personas. Rusia se comportó con honestidad y responsabilidad. Ese fue un período muy importante para nuestro país», dijo.
Medvedev explicó que el Kremlin pensó «hasta el último momento que las autoridades georgianas no cometerían un error tan fatal que causaría, en primer lugar, víctimas y, en segundo, tendría muy graves consecuencias geopolíticas». «Desgraciadamente, nos equivocamos. Esos errores fueron cometidos por el régimen de (el presidente georgiano, Mijaíl) Saakashvili. Esos errores se convirtieron en crímenes. Murió muchísima gente», añadió.
En consecuencia, «Rusia tuvo que tomar unas severas medidas de respuesta gracias a las cuales se salvaron centenares, miles de vidas y se restableció la paz en el Cáucaso», que estaba «amenazada», dijo.
Futuro no del gusto de todos
En relación al futuro, el líder ruso subrayó que «guste o no, Rusia establecerá relaciones plenas con Osetia del Sur y Abjasia». Desde la guerra, Rusia ha reconocido la independencia de Osetia del Sur y Abjasia, establecido con ellas relaciones diplomáticas, suscrito acuerdos de asistencia en caso de agresión exterior y desplegado bases militares en ambas repúblicas.
Según datos oficiales rusos y georgianos, en el conflicto armado murieron 400 georgianos (181 militares y 219 civiles), 67 militares rusos y 162 civiles surosetas.