sábado, abril 27, 2024
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Lisboa presenta un «plan anticrisis» dotado con 2.180 millones de euros

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Ante la gravedad de la crisis financiera y económica mundial, con Portugal prácticamente en recesión técnica (¡la tercera ya en ocho años!), Belmiro de Azevedo propone concentrar los recursos disponibles en las actividades económicas con futuro garantizado, como la floresta, la pesca, el turismo y la industria agroalimentaria. Pero lo que hace el fundador y principal accionista de Sonae, cuyas relaciones con Sócrates y con el aparato político en general están bajo mínimos, es predicar en el desierto: aunque muchas de las nuevas infraestructuras programadas tengan poca o ninguna viabilidad económica, el gobierno socialista mantiene que son necesarias y que su «aplazamiento» o «congelación» sería lo mismo que «hipotecar el futuro del país».

Así, además de mantener y hasta intensificar el calendario de las grandes obras públicas previstas, sobre todo aquellas que cuentan con participación financiera comunitaria y cuyo desarrollo tendrá un impacto significativo en el portafolio de las grandes constructoras y empresas de servicio españolas (ACS, FCC, Sacyr Vallehermoso, Ferrovial y las respectivas filiales lusas integran prácticamente todos los consorcios creados para la construcción y la explotación de las nuevas infraestructuras), lo que hace Sócrates es seguir el ejemplo de los países vecinos: para paliar los efectos de la crisis, anunció el sábado, tras la cumbre europea de Bruselas, un nuevo «Plan de iniciativas para el empleo y la inversión», dotado con 2.180 millones de euros (1,25% del PIB).

Aunque con ciertas reservas, los medios empresariales, los sindicatos y los expertos económicos valoran positivamente el «plan anticrisis» aprobado por un consejo de ministros extraordinario. Las medidas más importantes están relacionadas con el fomento del empleo, en beneficio principalmente de los jóvenes y de los mayores de 45 años que llevan más de 6 meses sin trabajo. Así, ante la perspectiva de un importante aumento del paro, que afecta ya casi al 8% de la población activa – en un país que hasta en los momentos mas difíciles mantuvo la tasa de paro por debajo de los 7% – las ayudas económicas y fiscales directas y la exoneración de las cuotas patronales a la Seguridad Social representarán el próximo año 580 millones de euros suplementarios.

Según las estimaciones oficiales, las ayudas aprobadas representarán una media de 331 euros por cada nuevo empleo creado. Además, los parados que decidan crear una empresa, tendrán derecho, como trabajadores autónomos, al 75% de la inversión realizada, hasta un máximo de 100.000 euros. Según el gobierno, sólo esta medida podría propiciar la creación de unas 1.600 pequeñas empresas. El problema, alertan los sindicados, es que la mayoría de medidas aprobadas tendrán una aplicación muy limitada en el tiempo, puesto que no irán mas allá del 2009, como si el gobierno apostara todavía por una recuperación rápida de la economía, con un crecimiento de 0,6% ya el próximo año, en vez del retroceso de 0,2% previsto por la OCDE.

El plan aprobado el sábado, con un total de 29 medidas, contempla además ayudas directas a las pequeñas y medias empresas (pymes), por un total de 800 millones de euros, y también una «línea de crédito» de 2.000 millones de euros, para fomentar las exportaciones, la reestructuración industrial y la inversión. Hace unas semanas, Sócrates ya había anunciado una línea de crédito de 3.150 millones de euros para las pymes, el pago anticipado de las deudas del Estado, etc., con cargo al presupuesto de 2009. El gobierno luso apuesta ahora igualmente por la modernización de la educación (550 millones de euros para la construcción de escuelas), en las nuevas fuentes de energía (250 millones) y el desarrollo de la «ADSL de nueva generación» (50 millones).

Una parte importante de la nueva inversión programada, hasta 1.350 millones de euros (0,8% del PIB), se hará con cargo al presupuesto de 2009, mientras los restantes 880 millones previstos saldrán de las arcas comunitarias. Con todo ello, el gobierno tendrá que rectificar el objetivo de déficit para el próximo año, que alcanzara el 3% del PIB, en vez de los 2,2% previstos inicialmente… cuando el gobierno aún confíaba alcanzar una tasa de crecimiento económico del 0,6%. «Mas vale tarde que nunca», comenta la organización patronal CIP, refiriéndose al nuevo plan de iniciativas para la inversión y el empleo y a la inevitable rectificación presupuestaria, mientras los sindicatos lamentan que el gobierno socialista no haya adoptado todavía medidas a favor del consumo interno, a través el incremento salarial y el aumento de las pensiones.

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