sábado, abril 27, 2024
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La recompra de acciones sigue batiendo récords

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La recompra de acciones por parte de las empresas es una práctica común en el mercado que se ha popularizado todavía más a raíz de la pandemia. En el caso concreto de las empresas del Ibex 35, estas han gastado más de 22.000 millones de euros en recomprar acciones tras la crisis del Covid-19.

Una medida que ha llevado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a pronunciarse sobre el tema y a pedir que deje de considerarse esta operación como una remuneración para el accionista, ya que nada tiene que ver con la entrega de dividendos.

¿Qué es la recompra de acciones?

Las acciones son títulos que representan parte de la propiedad de una empresa. Cuando una persona adquiere esos títulos, se convierte en accionista y adquiere derechos sobre esa compañía.

Uno de los derechos más importantes que adquieren los accionistas es el de recibir dividendos en base al porcentaje de acciones ostentadas, si la empresa distribuye beneficios.

La acción contraria a la emisión de acciones es la recompra de las mismas. Esto sucede cuando una empresa cotizada compra parte de las acciones propias que están en circulación, haciendo que estas desaparezcan del mercado mediante su posterior amortización.

Con frecuencia, las empresas recurren a esta medida cuando sus títulos están infravalorados en el mercado. Porque la retirada de títulos del mercado debido a la recompra, hace disminuir la oferta, lo que suele aumentar el precio.

Las empresas recompran más acciones que nunca

Un informe de la gestora Janus Henderson puso de relieve que, durante 2022, la recompra de acciones por parte de las empresas creció un 22%, hasta alcanzar una cifra total de 1,31 billones de dólares. Una cantidad que casi igualó a los dividendos repartidos en ese período. En 2023, de nuevo se batió la cifra del billón de dólares.

Durante 2023, el 38% de las grandes empresas estadounidenses recompraron, al menos, el 1% de sus acciones. En Reino Unido, el 13% de las grandes compañías recompraron, al menos, el 5% de sus acciones. A nivel global, la oferta neta de acciones para el período de diciembre de 2022 a diciembre de 2023 fue negativa en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Japón. Es decir, que al final del período había menos acciones en el mercado de las que había al principio.

En España, las empresas del Ibex 35 han invertido más de 22.000 millones de euros desde la pandemia para recomprar sus acciones. Banco Santander, CaixaBank, Iberdrola o Repsol están entre las compañías que han aplicado esta medida en los últimos tiempos. 

Pero también hay empresas del Ibex 35 que han rechazado de plano esta medida. Un ejemplo es Bankinter, que ha confirmado que no tiene intención de llevar a cabo recompras de acciones. Desde Aena también han manifestado que para compensar a los accionistas se va a optar por el reparto de dividendos en lugar de por la recompra de acciones.

Según el informe anual de Bolsas y Mercados de España (BME), el año pasado se amortizaron acciones procedentes de la recompra por valor de 13.400 millones de euros. Una cifra ligeramente inferior a la de 14.000 millones de euros registrada en 2022. Pero que está muy por encima de la cifra de entre 2.000 y 5.000 millones de euros que era habitual en la época anterior a la pandemia.

Para los expertos, las compras corporativas de acciones van a seguir marcando tendencia de cara al futuro. En un entorno con tipos de interés altos y perspectivas de crecimiento que se mantienen débiles, las empresas prefieren destinar su exceso de efectivo a la compra de sus propias acciones. Porque esta operación ofrece más flexibilidad que el pago de dividendos.

A favor y en contra de estas operaciones

Supervisores, analistas y académicos no se ponen de acuerdo sobre si esta medida es positiva o negativa.

Quienes la defienden destacan que la recompra es una forma de crear valor para los accionistas, al aumentar el valor que tiene su participación en la empresa, sin necesidad de tener que desembolsar más dinero para adquirir más acciones. Mientras que la empresa puede controlar el precio de sus acciones y evitar la volatilidad.

En el otro extremo están quienes defienden que la recompra masiva no es positiva, ya que no genera valor para las empresas. Destacando que estas operaciones son más beneficiosas para los accionistas mayoritarios que para los minoristas, y que suponen una mejora artificial del valor de las acciones.

La propia Comisión Nacional del Mercado de Valores se ha mostrado cauta respecto a este tema. El supervisor del mercado de valores ha pedido que la recompra deje de considerarse como una remuneración al accionista.

Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, ha manifestado que: “si beneficia a los accionistas que se quedan y que deciden no vender, se etiqueta como remuneración a todos los accionistas (como si fuese un dividendo). No puede ser (ni a priori ni a posteriori) remuneración para todos, por definición. Si la compañía acierta y el valor está infravalorado por el mercado, habrán salido perdiendo los accionistas que vendieron y ganando los que no vendieron. Y si es al revés, tendremos la situación contraria”.

Desde la CNMV hacen hincapié en que la recompra no se puede equiparar al reparto de dividendos, porque no implica a todos los accionistas. Además, el tratamiento fiscal de ambas operaciones es diferente. Los dividendos se consideran rendimientos del capital mobiliario a efectos del IRPF y tributan en la base imponible del ahorro. Mientras que la recompra y amortización de acciones no tributa, porque el accionista no recibe nada en el momento de la operación.

La situación de la recompra de acciones en Estados Unidos

La práctica de recomprar acciones empezó a ser habitual en Estados Unidos en la década de 1980. Ahora, Joe Biden, presidente de EEUU, ha criticado este tipo de operaciones. Señalando que las empresas podrían destinar el dinero que están dedicando a recomprar y amortizar acciones a invertir para mejorar su productividad y su competitividad. Por eso, desde el pasado mes de enero se aplica un impuesto del 1% al volumen de estas operaciones, pero se ha anunciado que la tasa podría subir hasta el 4% en los próximos meses a través de los presupuestos federales.

Warren Buffett, fundador de Berkshire Hathaway, ha criticado la política del gobierno estadounidense de gravar la recompra de acciones. Señalando que afirmar que estas recompras son dañinas para los accionistas o para el país, y beneficiosas para los directores ejecutivos, es de “analfabetos económicos”. 

La empresa de Buffett viene aplicando desde hace tiempo una política de recompra de acciones y, solo en 2023, recompró 7.900 millones de dólares de sus acciones.

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