El pasado viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó los datos de inflación del mes de septiembre, fijando la misma en un 3,5%, tal y como afirmaban todas las previsiones.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) había dado a los consumidores un ligero respiro durante el segundo trimestre, pero comenzó a incrementarse de nuevo con la llegada del verano. Finalizando septiembre con el mayor nivel registrado en los últimos cinco meses.
Por regiones, la tasa anual del IPC se incrementó en septiembre en todas las comunidades autónomas, especialmente en Extremadura, Castilla-La Mancha, Galicia y La Rioja.
Por el contrario, la inflación subyacente se ha mantenido bastante estable y terminó septiembre en un 5,8%. Que es la menor tasa registrada desde junio de 2022.
España continúa siendo uno de los países de la zona euro con la inflación más baja, pero preocupa cómo podría afectar a los precios la situación que se está viviendo entre Israel y Gaza.
Sube de nuevo la cesta de la compra
Tras el regreso de las vacaciones los consumidores notaron un nuevo incremento en la cesta de la compra. En tasa interanual, los alimentos incrementaron sus precios un 10,5% durante el pasado mes de septiembre.
El precio de los alimentos básicos suma ya 18 meses consecutivos de subidas, sin que la rebaja del IVA que se viene aplicando desde principios de año se haya notado demasiado.
La subida de precio más pronunciada la ha experimentado el aceite de oliva, que es ahora un 67% más caro que hace un año. Seguido del azúcar, con un encarecimiento del 40,5%, y las patatas, cuyo precio se ha incrementado un 20,5% en tan solo un año.
Bajada de la energía y el gas
Los alimentos lideraron las subidas de precio en septiembre, mientras que otros productos también imprescindibles experimentaron rebajas en su precio.
Es el caso de la electricidad, que se abarató un 38,3%. El butano y el propano bajaron sus precios un 32,9%, y el gas natural lo hizo un 23,3%.
Sin embargo, la tendencia a la bajada de este tipo de suministros se ha roto tras el comienzo del conflicto entre Israel y Gaza. Ya en la primera semana de guerra el precio del gas había subido de manera notable, y el barril de Brent rozaba casi los 90 dólares.
Sin mejoras a nivel global
La situación con respecto a la inflación es similar en otros lugares del mundo. En el caso de Estados Unidos, el IPC repuntó en agosto hasta el 3,7% desde el 3,2% que había marcado en julio. Y en septiembre se mantuvo estable en ese 3,7%.
En Europa, los últimos meses se había registrado una leve desaceleración en la zona euro. Pero en agosto y septiembre la situación se ha mantenido más bien estable.
Esto hace plantearse a los expertos si habrá nuevas subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal en Estados Unidos y del Banco Central Europeo (BCE) en Europa.
Aunque tras las últimas subidas anunciadas se consideró que ya no habría más, a pesar de que sería necesario mantener los tipos altos durante un tiempo prolongado, la nueva guerra en Oriente Medio ha cambiado el escenario.
Si el conflicto se prolonga, e incluso si se extiende por la zona, se producirá un incremento del precio del petróleo que impulsará de nuevo todos los precios al alza, obligando a las autoridades bancarias a tomar medidas.
La situación es tan incierta que ahora mismo ni los expertos son capaces de vaticinar qué va a pasar con los precios de cara al futuro. Pero con el repunte de este mes de los combustibles y el gas, todo apunta a que la inflación de octubre podría estar por encima de la registrada en septiembre.