lunes, abril 29, 2024
- Publicidad -

Iniesta y la gran familia española

No te pierdas...

Iniesta volvía a su provincia, lejos de los magníficos teatros, y allí, a su compás, la selección triunfó en lo más difícil: la costumbre de ganar.

Antes de comenzar el partido, las cámaras enfocaron a un hombre agarrado a la bandera española como si fuera el paño de la virgen. Estaba emocionado y no acertaba a explicarse: Iniesta, balbuceó. Y ahí quedó atorado,  con cara de estar ante un fenómeno ininteligible por su grandeza y porque nació precisamente en su ciudad, en Albacete.

De un país tan romo en la dialéctica ha salido una selección que se explica sobre el campo como ninguna antes. Un equipo con una idea, en un país devastado por el costumbrismo y su obsesión por contabilizar los gestos, las caras y el tono; sin atender al plan general o a su ausencia. Pero aquí sí hay un plan general y unos jugadores que entienden la inercia del juego –despojado de drama hasta la antesala del gol- de la misma forma. Una pedagogía en movimiento.

En el vaivén anterior al área, los jugadores parecen enseñarle a los oponentes cuál es la forma correcta de jugar: ese Xavi enseñando el balón: ven; y escondiéndolo: todavía no ¿ves?. Ahora se la doy al extremo para que os creáis que atacará por ahí, pero me la volverá a dar y parece que estemos otra vez en el punto de partida, aunque os falta mucho por aprender y mira Pedro –que nació entre líneas- en el pico del área. Inofensivo ¿eh?. Hosti tú, que pase se saca por encima de vosotros -que  veis volar el balón con la boca abierta- y le llega a Andrés quien empezó la jugada hace media hora en el centro y el balón que parece que se sale, pero es Iniesta y nunca se sale y mete un pase mordido para Negredo como Delantero Centro en ejercicio de sus funciones y … bueno, el hecho de que sea gol es lo de menos. Pero es gol.

Negredo salió de inicio y estuvo magnífico en los apoyos, las caídas a banda, y además, marcó. Eso, con ser mucho no significa nada, porque estos señores luchan por ser la mejor selección de la historia. Y Negredo le da la fuerta centrífuga, pero no lo otro, lo que está más allá, lo que se necesita para arribar a la final. Las alternativas son la heterodoxia de Cesc y la cuestión Diego Costa. Un buen chico, según el seleccionador, que viene a ser el “era una persona normal y nos saludaba en la escalera” de las noticias de sucesos. También dijo que era un Español como el que más o algo así, pero ese detalle no parece importante en un equipo con gentes de tan diferente procedencia. Pintoresquismos aparte, el plan B de Del Bosque funcionó. Navas haciendo su jugada infalible por la derecha, retrasando la defensa contraria y dejando a Xavi recibir de cara y ordenar el ataque español con toda la tranquilidad del mundo.

Estuvo lo de la chilena de Negredo, mala para las cervicales, no lo hagan ustedes en sus casas. Las recepciones de Iniesta y su quietud, heredada de Butragueño. Media docena de disparos tísicos. Una parada de Iker que redundó un rato en los televisores. Las cosas de Ramos con algún centro obtuso. Los cambios delbosquianos: Mata por Pedro y fue salir y marcar. Koke por Xavi, que se deja jirones en las segundas partes. E Iniesta por Isco, que anduvo algo aturdido. La grada hizo lo que le apuntó la autoridad: aplaudir al ídolo local. Siempre es igual en  provincia, donde todo es costumbrismo. El pase corto, la palmada en la espalda, las buenas intenciones, el regate, la picardía, la gente sencilla y la victoria. Esa es la costumbre de la selección y lo que más le aleja del país para el que compite. Iniesta gana por nosotros y juega como nosotros querríamos jugar. Eso es lo que quiso decir el señor atado al paño, pero no acababa de explicarse. No hizo falta, ya lo hace la selección por él.

Lo pequeño está hecho. Ahora esperan un montón de naciones agazapadas para echar abajo la dictadura del pase. El Mundial de Brasil.

España: Casillas; Juanfran, Piqué, Ramos, Alberto Moreno; Xavi (Koke, m. 65), Busquets, Iniesta (Isco, m. 79); Navas, Negredo y Pedro (Mata, m. 57). No utilizados: Valdés, Reina; Arbeloa, Iñigo Martínez, Monreal, Mario Suárez, Silva, Fábregas y Michu.

Georgia: Loria; Lobjanidze, Khubutia, Kashia, Khidesheli, Kvirkvelia; S. Grigalashvili (Avto, m. 69) Kobakhidze, Grigalashvili (Khmaladze, m. 75), Dzaria; y Gelashvili (Modebadze, m. 87). No utilizados: Kvaskhvadze, Tomashvili; Targamadze, Dvalishvili, Popkhadze, Dolidze, Rakhviashvili y Tskhadadze.

Goles: 1-0. M. 25. Negredo. 2-0. M. 60. Mata.

Árbitro: Florian Meyer (Alemania). Amonestó a Kankava.

14.000 espectadores en el Carlos Belmonte.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -