«Lápida sí, lápida no». En esa disyuntiva se debate ahora la población de Alburquerque después del homenaje a los caídos de ‘Breaking Bad’ que llevó a cabo el pasado sábado un grupo de 200 personas y que pudo ser seguido en directo a través de Youtube. Lo que para unos traerá turismo, y por tanto dinero, a la localidad es precisamente lo que molesta a otros, que creen que eso perturbará la tranquilidad del lugar.
Concebido en un principio con fines benéficos, el acto, que comenzó con la llegada de los asistentes en rigurosa procesión, encabezada por un coche fúnebre y la icónica caravana donde Walter y Jesse dieron sus primeros pasos como cocinero, culminó con los asistentes tirando tierra en un ataúd vacío que fue situado en una tumba real con su correspondiente placa.
Los detractores de todo esto insisten en que se quite la lápida ficticia que se colocó, alegando que podría convertirse en otra atracción turística como lo es la casa de Walter White, que ya ha reunido a más de 10.000 aficionados en un mes, según informa el verdadero dueño del domicilio. Además, hay gente que no quiere que los restos mortales de seres queridos que reposan en el cementerio Sunset Memorial Park de la localidad compartan lugar con ese ataud, al entender que éste no es un sitio idóneo para provocar entretenimiento.
Lo único bueno que se ha sacado del acto, que organizó la empresa Vermon Steakhouse, es que con esas 200 personas que acudieron se recaudaron 17.000 dólares que irán directamente al Fondo de Dotación de Walter White, cuyos beneficios van destinados a Albuquerque Health Care for Homeless, una organización dedicada al cuidado de las personas sin hogar y con problemas de adicción de la localidad.
Los vecinos que se han quejado sostienen en su petición que «los funcionarios del cementerio dicen que si las multitudes empiezan a reunirse en torno a esta ficticia tumba, van a considerar deshacerse de su lápida».