lunes, mayo 6, 2024
- Publicidad -

Gibraltar

No te pierdas...

Gibraltar pasó a manos inglesas por el Tratado de Utrecht. Así terminó su ocupación en nombre de uno de los aspirantes al trono de España durante la Guerra de Sucesión. Pero eso es historia y lo que ahora importa es mantener la reivindicación de la soberanía a partir del propio Tratado, que no contempla la independencia, y aplicarlo mientras tanto en sus propios términos. Nos hemos equivocado al mezclar ambas cuestiones.

Inglaterra propuso en tiempos de Franco llevar las diferencias jurídicas al Tribunal Internacional de La Haya, pero nuestra respuesta fue que todo el problema había de resolverse por la vía de la descolonización. Un error, porque una cosa es delimitar lo que se cedió en Utrecht y otra, perfectamente compatible con la primera, la descolonización de lo cedido. Naturalmente, las situaciones ambiguas siempre se resuelven “de facto” a favor del más fuerte y de sus hechos consumados. Es lo que en su día ocurrió con el istmo y ahora sucede con las aguas territoriales.

No es difícil sostener que el puerto debe incluir un mínimo de aguas que el Tratado no especifica, lo que es lógico atendiendo a su fecha. Y queda el problema de las aguas al lado este del Peñón, donde nuca hubo puerto alguno. Pero el tiempo pasa y las posiciones de la potencia colonial se consolidan.

Fue un error, y continua siéndolo, no someter al Tribunal Internacional de La Haya la interpretación del Tratado de Utrecht en esos extremos, para delimitar el objeto de la futura descolonización o, si se prefiere, lo sometido hoy a la soberanía británica.

Resueltos aquellos puntos de fricción y cerrada la frontera terrestre con La Línea, como prevé el Tratado, habría sido más fácil soportar la presencia inglesa en Gibraltar a la espera de que en el futuro los gibraltareños aceptaran la soberanía española del territorio que habitan, privando a los ingleses del pretexto que ahora esgrimen.

Por desgracia, hemos seguido otro camino. Primero abrimos la frontera, después accedimos a crear un foro tripartito, aunque dejásemos fuera el contencioso de la soberanía. Y ahora, con la visita oficial de nuestro Ministro de Asuntos Exteriores al Peñón, reconocemos a Gibraltar como sujeto de Derecho Internacional. No puede sorprendernos que en adelante otros colegas del señor Moratinos visiten el Peñón o negocien bilateralmente con las autoridades gibraltareñas en asuntos que quizás afecten de manera indirecta a la reclamación española sobre la soberanía.

Quedan lejos los tiempos en que los Reyes de España se abstuvieron de acudir a una boda de la realeza británica, en Londres, porque el viaje de bodas empezaba precisamente en Gibraltar.

José Luis Manzanares

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -