Una cosa es la prudencia, virtud siempre infravalorada, y otra cosa es darse un paseo por las nubes. Algo así hizo el Presidente del Gobierno en su rueda de prensa de fin de año. Se explayó, como era esperable, en los avances económicos, o, dicho de otra manera, en los buenos, aunque tímidos, resultados macroeconómicos que hacen augurar un 2014 mejor que el año ya agonizante.
Antes de comparecer ante los medios, el Presidente sabia perfectamente que le iban a preguntar por el aborto, la tarifa eléctrica, la entrada de la Policía en Génova, Cataluña, la bajada (¿) de impuestos y demás asuntos que son tan de actualidad como la economía o el desgraciado y pertinaz paro que es, sin duda, la asignatura pendiente. Las eléctricas están enfadadas, los ciudadanos también y nadie sabe que demonios ocurrió en la anulada subasta y si lo que ocurrió puede volver a ocurrir.
Lo que no dijo es que su propósito es no cambiar el Gobierno
Se paseó por la nube cuando se le preguntó por las diferencias de criterio en su partido en torno al anteproyecto que va a regular el aborto. Ahora que está en Pontevedra, muy cerca del Presidente de La Xunta, quizás tengan un momento para hablar de la cuestión. Las palabras de Nuñez Feijoo no son cosa menor. Ni menor ha sido la sorpresa en el propio PP por la decisión del Consejo de Ministros de dar el visto bueno «justo en este momento y sin debate interno» a un anteproyecto de Ley como el del aborto. Como ocurre con la tarifa eléctrica, nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que ha ocurrido para que Gallardón logre el apoyo de Rajoy y son muchos los que están esperando a que, por ejemplo, Jaime Mayor diga algo. Hay un cierto fiasco en el PP y como lo hay, Rajoy optó por pasear por la nube.
La conclusión final de la comparecencia de Rajoy es que el Presidente no llegó, no dijo nada de lo que sólo el puede decir. Lo que no dijo es que su propósito es no cambiar el Gobierno. Lo dejó abierto, tan abierto que de inmediato surgieron, medio en broma, medio en serio, algunas quinielas entre los propios ministros, que hoy, después del paseo por la nube ya no tienen tan claro que lleguen al verano estando donde están.
Cayo Lara y Rosa Diez están al acecho y felices porque ellos solo tienen qué ganar
En el polo opuesto, el líder de la Oposición. En Ferraz, Alfredo Pérez Rubalcaba, brillante y ocurrente como siempre, se pasó. Es estadísticamente imposible que un Gobierno -incluido el de Zapatero- haga todo mal o no haga absolutamente nada. Se pasó Rubalcaba porque en su legítimo afán de criticar al Gobierno, dejó en el paladar de los españoles una muy amarga visión y percepción de España que según su versión de los hechos, es un país cercado por todas las crisis imaginables cuyo antídoto es derogar todo lo que hace y dispone el Gobierno de Rajoy, sin atisbo de propuestas creíbles e ilusionantes.
Entre el que no llega y el que se pasa, hay espacio para los encantados de haberse conocido. Cayo Lara y Rosa Diez están al acecho y felices porque ellos solo tienen qué ganar. Rajoy y Rubalcaba están avisados por las sucesivas encuestas pero da la impresión de que no se las creen. A todos ellos y a ustedes, Feliz y Digno 2014.
Charo Zarzalejos