domingo, mayo 5, 2024
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Poniendo a King al día, selectivamente

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Las memorias de Glenn Beck publicadas en 2003 contienen una reveladora anécdota de la forma en que el presentador de los informativos del cable se vio influenciado por el genial fabulador Orson Welles.

Para viajar entre actuaciones por Manhattan, narra Beck, Welles contrató una ambulancia, sirenas puestas, para trasladarle por la ciudad – no porque estuviera enfermo, sino porque quería evitar el tráfico.

La mayoría de nosotros consideraríamos esto algo deshonesto, un ardid del charlatán confeso que era Welles. Beck lo considera un modelo. «Welles», escribe, «me inspira a creer que puedo crear cualquier cosa que pueda ver o imaginar».

Me acordé del afecto de Beck por el engaño mientras promocionaba su marcha sobre Washington, en la que sus fieles y él trataron de usurpar la figura de Martin Luther King Jr. mediante la celebración de un acto la misma fecha (28 de agosto) y en el mismo lugar (el Monumento a Lincoln) 47 años después de la icónica marcha del gran líder de los derechos civiles.

Glenn Beck: la realización del sueño del Dr. King. Y usted que pensaba que «La guerra de los mundos» daba miedo…

Ha pasado algo más de un año desde que Beck llamara célebremente al primer presidente afroamericano «racista» con un «arraigado odio a los blancos». Ese dudoso logro es precisamente el motivo de que Beck trate el golpe de la herencia King: acusado de agitar el crisol racial, ha determinado que la mejor defensa es ser patentemente ofensivo.

«Los negros no son propietarios de Martin Luther King», nos dice, mucho más que los blancos lo son de Lincoln o de Washington. «La izquierda» tampoco es propietaria de King.

No, Beck es el dueño de King. «Va siendo hora, sinceramente, de recuperar creo el movimiento de los derechos civiles», decía esta primavera. «Estamos de la parte correcta de la historia. Estamos de parte de las libertades y los derechos individuales y, qué demonios, vamos a reivindicar la importancia de los derechos civiles. Vamos a aprovechar esa importancia porque somos la gente que lo hizo primero».

¿En serio? Examinemos la trayectoria de Beck como pionero de los derechos civiles, algo que vengo investigando para un libro que será publicado en octubre.

Siendo locutor radiofónico en Connecticut en los 90, su emisora se disculpó por una parodia emitida en directo en la que Beck y su compañero ridiculizaban a un oyente asiático americano. Siendo presentador de la CNN hace cuatro años, Beck entrevistó al Demócrata de Minnesota Keith Ellison, el primer musulmán en salir elegido al Congreso, y le desafió «a demostrarme que no trabaja con nuestros enemigos».

El Presidente Obama, que según Beck fue elegido porque no es blanco, «nos acerca a todos rápidamente a la esclavitud», ha afirmado Beck. En su programa de radio, afirmaba que «el nombre de Barack no se asocia con América. Se elige el nombre de Barack para identificarse con… la herencia, puede, de tu padre en Kenia, que es un radical». Acusaba a Obama de aspirar a recibir «compensaciones» de la América blanca, pretendiendo «ajustar antiguas cuentas raciales».

Beck ha hablado en directo del «nacionalismo negro radical» en la Casa Blanca y de «la teología de la liberación negra marxista» que influye a Obama. Ha decidido además que los Nuevos Panteras Negras tienen «vínculos con la Casa Blanca en un millar de sentidos» y que forman parte del «ejército de criminales» de Obama.

No es en absoluto el origen ideal de un caballero que dijera ser heredero de King — y ahí es donde interviene Orson Wells.

En primer lugar, Beck empleó la mano de Dios para justificar su decisión de hacerse con la marca King. Decía que eligió la fecha sin saber que era el aniversario de la marcha de King, diciendo que sucedió por «intervención divina».

También añadió algo de historia selectiva, utilizando su programa en Fox News para dar a conocer una serie de tres partes que actualiza la historia del movimiento de los derechos civiles. «¿Cómo se ha erigido el Partido Demócrata defensor de las minorías, si se conoce su historia anterior?» preguntaba. «Remontándose a Andrew Jackson — al siglo XVII».

Siglo XVII, siglo XIX, lo que sea. Informaba a la audiencia de que «fue el Partido Republicano el que llevó la voz cantante de los derechos civiles».

Por último, Beck actualizaba el significado del movimiento de los derechos civiles para que ya no tuviera que ver con los negros; se trata de proteger de los izquierdistas a los conservadores contrarios a la política fiscal. Los líderes de los derechos civiles, decía, «distorsionaron a propósito las ideas de Martín Luther King». Durante el último siglo, razona Beck, «ningún hombre ha sido libre, porque venimos siendo progresistas». A sus fieles, decía: «Somos la gente del movimiento de los derechos civiles».

A Beck sólo le falta recorrer la ciudad en ambulancia. 


Dana Milbank

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