viernes, mayo 3, 2024
- Publicidad -

El fin de la incomunicación

No te pierdas...

Me sorprendió el invento que NEC presentó hace unos meses. Un traductor instantáneo. Eran unas gafas que llevaban una microcámara. El pequeño aparato leía y entendía el idioma de la persona que estaba enfrente, y traducía inmediatamente sus palabras.

La traducción aparecía en las gafas, que eran como minipantallas de televisión, igual que esos coches que proyectan en el cristal delantero datos de la velocidad o la temperatura. Se llama Tele Scouter.

Poco después leí que Google presentaba su Translate. Es un sistema mejorado de los programas de traducción de texto. Mientras uno escribía cualquier párrafo en su idioma, el programa lo traducía a alguna de las más de 50 lenguas para las que estaba preparado.

Y hace poco me encontré con la noticia de que Google está tratando de fabricar un teléfono que traduce inmediatamente lo que otra persona habla en otro idioma.

No veo lejos el día en que no saber idiomas ya no sea un obstáculo tan grande como lo es ahora. Nos gastamos cada año miles de millones de euros en dar clases de inglés, francés, alemán, chino o lo que sea, pero si no lo practicamos, al cabo de los meses es casi dinero tirado a la basura.

Una de las pruebas del triunfo de las nuevas tecnologías de traducción me llegó por la vía de Wikiloc. Es una web de viajes que se ha hecho muy popular fuera de España. Esto es lo que afirmaba a El País un catalán de Girona llamado Jordi Ramot. “Paso el traductor de Google para escribir en griego, ruso, polaco, sueco… Me llega un e-mail en ruso, lo traduzco online, escribo mi respuesta en español o inglés, lo vuelvo a traducir al ruso y lo envío. Funciona muy bien. Cuando me responden dando las gracias en ruso me pregunto si saben que yo estoy en Girona y no en Moscú”.

A medida que el mundo se convierte en un pañuelo lleno de amistades, clientes o jefes, comunicarse con los demás es cada vez más importante y más fácil. A todos nos encantaría sentarnos en una reunión con un grupo de chinos, hablar con ellos, y entenderles sin tropiezos.

Los sistemas de traducción tienen aún mucho que evolucionar. Pero cada vez son más exactos. Por ejemplo, hace años, cuando uno volcaba un texto en inglés y le daba a la tecla de “traducir”, el programa, ya estuviera en la red o en nuestro disco duro, se equivocaba con mucha frecuencia.

Ahora se equivoca menos porque entiende el contexto. No es que piense como si fuera HAL 9000, el pérfido computador de “2001, una odisea en el espacio”, sino que de tantas vueltas que da una frase en internet, el sistema absorbe su inteligencia de millones de correcciones y afina su vocabulario.

Los sistemas de traducción más severos como los que he mencionado de las gafas seguro que irán mejorando. No sé si serán gafas o micrófonos instalados alrededor del cuello. No sé qué tecnología logrará reunir lo que necesitamos y hacerlo de modo fácil (lo que no sea fácil, no triunfará, desde luego). Pero estoy convencido de que en el futuro las lenguas ya no serán un inconveniente para comunicarse.

Y esto supondrá un gran impulso al mundo de los negocios.

Carlos Salas

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -