sábado, mayo 4, 2024
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El vídeo del PSOE

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Da la impresión de que el vídeo del cura integrista, el skinhead y la comparsa con que el PSOE quiere retratar a la derecha (convertirla en ultraderecha, vamos) en estas próximas elecciones europeas está hecho, aunque resulte paradójico, contra Patxi López. El nuevo lehendakari, para defender con razón la Ley de Partidos, le preguntaba en el Parlamento vasco a su antecesor -y a los nacionalistas en general, amarrados en su desesperación a la ausencia de Batasuna- qué ideas no estaban representadas en la Cámara. Efectivamente, Aralar, en el mismo debate, se definía como «la izquierda abertazale», es decir, independentista y de izquierdas. No faltaba, por la Ley de Partidos, un planteamiento político determinado sino las organizaciones que, tras su constatación judicial, están en el entramado de una banda terrorista como ETA.

Sin embargo, el vídeo electoral de sus compañeros de partido nos ha hecho ver que sí faltan algunas ideas en el muy plural Parlamento vasco, ya que es evidente que no están las que sustentan los actores que defienden que sólo cabe en Europa una religión, el despido libre, la pena de muerte o que despotrican contra los homosexuales con tono amenazador. Ya sabemos que no es culpa de la Ley de Partidos, sino gracias a los propios partidos votados por los ciudadanos, pero todas las ideas, lo que se dice todas, no están representadas en los escaños que Patxi López puede contemplar desde la tribuna o desde su escaño de lehendakari.

Hay una suerte de «sensibilidad vital» -que diría Ortega-, o de falta de ella, por la que el trazo grueso, el insulto y la descalificación no razonada se han convertido en moneda común de la discusión política a izquierda y derecha. Como ahora se trata de las estrategias electorales del PSOE, se puede certificar que, en esta zona del espectro, no se trata del arrebato momentáneo de un publicitario o de un dirigente atacado coyunturalmente de los nervios, sino de algo más profundo y más constante en el tiempo, hasta el punto de que estas maniobras han recibido ya el rótulo de «maneras doberman», por la aparición del famoso perro en una campaña anterior. En definitiva, es una degradación del debate y, si se me apura, la confesión no deseada de la falta de argumentos seguros: como no resulta fácil criticar al adversario de modo serio y ofreciendo propuestas alternativas, se dibuja una caricatura grotesca del mismo para que sea más sencillo lanzarle los dardos.

Aunque el PSOE diga que se trata sencillamente de reflejar puntos de vista que están en el panorama de la derecha europea (lo que no es cierto, ya que sería la extrema derecha y, en ocasiones, algunos hepítomes de quienes se dicen extravagantemente de la izquierda), es evidente que la llamada final a votar a ese partido no tiene como preocupación algún ultraconservador polaco, sino el PP. No se sabe qué efecto puede producir una argucia tan burda, salvo la de la satisfacción de los impotentes, pero llama la atención que se repita tan a menudo. Y que se haga, además, como referencia a un partido que está apoyando -para disipar cualquier sospecha de cavernícolas- al lehendakari socialista. Si votar a los fantoches del vídeo es votar al PP es, también, votar a Patxi López. Pobre López, qué partido más nervioso tiene…

Germán Yanke

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