Estilo Mariano: esperar que las cosas caigan por su propio peso. Esta es la estrategia que el Partido Popular puso en marcha cuando Mariano Rajoy alcanzó la presidencia. Una forma de actuar que instauró en el Gobierno durante su estancia en La Moncloa. Que reforzó el pasado 20 de diciembre, cuando obtuvo los peores resultados electorales desde 1989. Y que aún no ha abandonado pese a estar más cerca que nunca de convertirse en el primer presidente de la democracia que no repite mandato. O así al menos lo empieza a vislumbrar ya el Partido Popular.
Parecía que el pasado 7 de marzo, tras la investidura fallida del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y su salida triunfal del último debate parlamentario, Rajoy se había visto con fuerzas suficientes para retomar la iniciativa que cedió tras su negativa a convertirse en el primer candidato a la Presidencia.
Pero nada más lejos de la realidad. Todo sigue igual que el pasado 20D. El PP insiste en que la mejor opción para España es una gran coalición PP-PSOE (presidida por Rajoy y que cuente con el apoyo de Ciudadanos) y advierte sobre la posibilidad de que la «izquierda radical», con el beneplácito de los independentistas, se alce con el Gobierno. Pero más allá del documento que Rajoy ya entregó a Sánchez y Rivera durante la última ronda de negociaciones para formar gobierno, el PP no tiene previsto ofrecer nada más.
Hasta el momento, la advertencia sobre la posibilidad de un pacto de perdedores solamente formaba parte de la estrategia del Partido Popular para atemorizar a Ciudadanos, enfrentar a los socialistas e insistir a la ciudadanía en que es lo peor que le podría ocurrir a España. De hecho, la mayoría de los 'populares', incluido Rajoy -y así se lo trasladó al primer ministro británico, David Cameron, en un encuentro en Bruselas- tenían claro que la repetición de elecciones era la opción más viable ante el bloqueo político que existía.
El PP alerta sobre un gobierno de izquierdas
Es más, ésta sería una de las pocas opciones que permitiría al PP volver a gobernar. La otra es que Sánchez «rectifique» -tal y como ha reconocido Rajoy este martes en una entrevista radiofónica- y que el Comité Federal del PSOE, que se volverá a reunir este sábado, levante el veto impuesto al PP. Una opción que el PP no contempla con muchas esperanzas. El discurso oficial del PP sigue siendo que una nueva convocatoria electoral sería un «fracaso», sin embargo, ya admiten abiertamente que las encuestas le son favorables, pese a que es posible que el tablero tampoco se mueva demasiado.
Sin embargo, la percepción del PP sobre que la única opción posible son unas nuevas elecciones ha empezado a cambiar. Y así lo demuestra la actitud del jefe de filas, Mariano Rajoy, y del portavoz oficial del PP, Pablo Casado. Una actitud derrotista motivada no sólo por la crisis interna de Podemos -según el PP, un motivo claro para que la formación morada no se atreva a embarcarse en una nueva aventura electoral-, sino principalmente por la reunión prevista este miércoles entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Un avance «importante» a ojos de los 'populares', que ya no descartan un inminente acuerdo entre PSOE y Podemos. «La cabra tira al monte», ha advertido Casado, que ha insistido en que la izquierda «siempre se acaba aliando con todo el mundo con tal de echar al centro-derecha del poder».
Es más, según los 'populares' hoy existe el caldo de cultivo apropiado para que esta alianza acabe fraguando. En primer lugar, por el «lío interno» que existe en la formación morada y que podría llevar a «rebajar sus pretensiones», como por ejemplo el referéndum de Cataluña. En el PP alertan de que Iglesias se mueve a golpe de encuesta y no dudan de que acabará cediendo si finalmente ve que existen opciones reales de perder poder. Los 'populares' advierten de que la posibilidad de que los valencianos, los catalanes y los gallegos no vuelvan a confluir con Podemos podría disuadir a Pablo Iglesias de lanzarse a una nueva convocatoria electoral. Y en segundo lugar, por la situación interna del PSOE. Los 'populares' piensan que los 'barones' del PSOE «no tienen ningún argumento para exigirle» a Sánchez que no pacte con Podemos, ni siquiera la andaluza Susana Díaz, que «aplaudió» el pacto en Cádiz con el que el PSOE «regaló la alcaldía al señor Kichi».
Rajoy necesita al PSOE
Rajoy siempre intenta justificar su inmovilismo con el mismo alegato, que no quiere engañar a los españoles. «Mi única opción de gobernar pasa por conseguir el apoyo del PSOE», repite hasta la saciedad el líder del PP. En este sentido, Rajoy ya ha avisado este martes de que él no se meterá en el medio del PSOE y Podemos y que esperará al resultado de la reunión de este miércoles para ver si ofrece de nuevo un acuerdo a Pedro Sánchez. Todo apunta a que si en este encuentro se aprecia un mínimo acercamiento, el líder del PP no se moverá de la barrera en la que se halla anclado desde el 20 de diciembre a la espera de que el PSOE le haga una señal.
Una señal que quizá nunca llegue. Por el momento, PSOE y Podemos ya han dado muestras de querer llegar a un entendimiento. Sánchez ha dejado la puerta abierta este martes a incluir en su gobierno a ministros de Ciudadanos y de Podemos. Y la formación morada, lejos de reprobarlo, como había hecho hasta el momento, no ha descartado la posibilidad de compartir gobierno con la formación liderada por Albert Rivera. Ahora sí parece que algo se mueve, y el PP es muy consciente de ello.