domingo, mayo 5, 2024
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El PP y Podemos menosprecian por «infantil» el discurso de Sánchez

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«Flojo», «mediocre», «decepcionante», «una broma», «un discurso de delegado de clase», «infantil», «le ha faltado azúcar», «un desastre». Éstas son sólo algunas de las sensaciones que ha causado el discurso de investidura de más de hora y media del socialista Pedro Sánchez en los dos principales partidos que este martes tenía enfrente: Partido Popular y Podemos. Es más, puede que ésta no sea la primera vez que estas dos formaciones antagónicas coincidan en este duro proceso de investidura que se prolongará hasta el viernes por la noche con la última votación. Escuchado el discurso, las posturas siguen inamovibles: un «no» rotundo al líder del PSOE, aunque ambos partidos por motivos bien distintos. Izquierda Unida y los independentistas también votarán en contra.

«Lo esperado», «no esperaba más, la verdad». Ambos comentarios corrresponden a diputados de Podemos y el Partido Popular. Son horas claves. Todo podría variar en cuestión de minutos. «La política es así», advierte a Estrella Digital un diputado veterano. Pero a estas horas, el movimiento de piezas se antoja complicado. «El acuerdo firmado con Ciudadanos no puede ser secundado por Podemos», advierte un dirigente de la formación morada a la salida del Hemiciclo. Los suspiros, las mordidas de labios, las manos en la cabeza, la negación con la cabeza y los aspavientos han sido claves en esta utópica sesión de investidura en la que por primera vez en la historia de la democracia el candidato a la presidencia no es el ganador de las elecciones. «Un discurso muy bonito. Mucho patriotismo y mucha paz, pero poco contenido. No es propio para una investidura como presidente del Gobierno», ironiza un 'popular'.

Calma tensa. Éste es el ambiente que se respira en el Parlamento nacional. La calma y la tranquilidad la da la fijación de posiciones, que por el momento parece clara. No hay carreras por los pasillos, ni movimientos extraños. Tampoco se ven conversaciones o acercamientos comprometedores entre dirigentes de signos opuestos. Falta menos de un día para que se celebre la primera votación y Sánchez sigue sin convencer a ninguno de los dos únicos partidos que podría hacerle presidente.

Pero sí se aprecia tensión entre las distintas formaciones. Los 'populares' siguen sin entender el «papelón interpretado» por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que este martes ha tenido que escuchar todo tipo de descalificaciones a su acuerdo alcanzado por el PSOE en el Hemiciclo. Y Podemos no comprende que los socialistas no hayan alcanzado un acuerdo con ellos. «Esto no es un acuerdo de izquierdas», insisten fuentes de la formación morada.

No obstante, ninguna de las dos formaciones quiere dar un portazo definitivo a nada. Tanto Podemos como el PP esperan poder sentarse con el PSOE a partir del próximo lunes y llegar a un entendimiento. «Entonces, todo volverá a ser posible», advierte un diputado de Podemos. En la misma línea se ha expresado el portavoz del PP, Rafael Hernando, quien a micrófono abierto ha vuelto a insistir en la 'gran coalición'. «Lo coherente y razonable es que gobierne la fuerza más votada», reiteran fuentes 'populares'.

Risas, muecas y aspavientos en el Hemiciclo

A las 16.30 horas se ha levantado el telón. «Una escenificación en toda regla», así lo ha visto un senador 'popular' que da por asegurada la repetición de elecciones. La bancada socialista se ha puesto en pie para recibir a su candidato cuando ha entrado en el Hemiciclo. Desde la tribuna de invitados le observaba su mujer, Begoña Gómez, y los 'barones' regionales de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Extremadura. Los 'populares', por su parte, no han escatimado en abucheos y silvidos a su rival. En esta ocasión, a diferencia de la sesión de la Constitución de las Cortes, la formación morada no ha sido la protagonista. No ha habido abrigos en los respaldos de los escaños y tampoco bebé.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha llegado de los últimos al Hemiciclo. Su gran amigo Juan Carlos Monedero le observaba desde la tribuna de invitados con gran atención. Su semblante serio denotaba nerviosismo, pero ha ido cambiando a medida que «veía que Sánchez se estrellaba», en boca de un 'popular'. Carcajadas y negaciones con la cabeza -que en todo momento ha compartido con sus compañeros de bancada Irene Montero, Iñigo Errejón y el portavoz de Podemos en el Senado- han sido sus reacciones al discurso de Sánchez. Ni siquiera la insistente coletilla socialista de que «la próxima semana se puede poner en marcha el cambio» -en clara alusión al apoyo de Podemos- le ha removido la conciencia.

Aunque el verdadero nerviosismo estaba instalado en la bancada 'popular'. No en Rajoy -pocas cosas alteran al presidente del Gobierno en funciones- sino en sus principales asesores. Su jefe de Gabinete, Jorge Moragas, y el director de la Oficina Económica de Moncloa, Álvaro Nadal, parecían no dar crédito a lo que oían. Manos en la cabeza, carajadas nerviosas, lanzamientos de boli sobre la mesa, subida y bajada de gafas e incluso burlas descaradas al candidato socialista. «Es que ellos saben que Sánchez miente mucho», analiza un 'popular'.

El PP compara a Ciudadanos con UPyD

Aspavientos y comentarios jocosos que le ha tocado sufrir bien de cerca al líder de Ciudadanos. Al escaño de Rivera sólo le separa un pasillo de la bancada 'popular'. Y en concreto del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, que no ha dudado en dirigirse a él con semblante serio. Igual de serio que el ministro del Interior, Jorge Fernández, que se ha girado a Albert Rivera en cuanto Sánchez ha mencionado el acuerdo al que habían llegado en materia de Memoria Histórica.

Dirigentes 'populares' creen que Rivera debería de estar decepcionado con el discurso de Sánchez. No sólo por volver a insistir en la derogación de la reforma laboral, que Ciudadanos tanto niega, sino también porque ni siquiera ha mencionado la supresión de las diputaciones -condición sine qua non para los naranja-. «A ver cómo explica Rivera el fracaso de este acuerdo», advierte una senadora 'popular' a este diario. Ha sido un debate en el que los gestos y las muecas han acaparado gran parte de la atención en todas las bancadas menos en la naranja.

Rivera no ha hecho el mínimo gesto durante toda la intervención de su socio. Semblante serio y pensativo. Por el momento, la formación naranja insiste en que el acuerdo permanecerá aunque Sánchez no salga investido el viernes. Algunos 'populares' ya comparan a Ciudadanos con UPyD. «¿Has visto a Toni Cantó en la bancada de Ciudadanos y a Irene Lozano cómo en una ocasión era la única que se levantaba para aplaudir a Sánchez en la bancada socialista? Pues así es como va a acabar Ciudadanos», ironiza una 'popular'.

¿Estamos ante el prólogo de unas nuevas elecciones? Esta era la pregunta del millón este martes en los corrillos formados en torno a los diputados y senadores que han acudido al Congreso. Pocos se atreven a aventurar tanto. «Quedan muchas horas de debate», advierten los socialistas, que aún se resisten a ver que ésta podría ser la primera investidura fallida de la democracia. «Un discurso fantástico», han coreado insistentemente. No tenían otra opción ante el acoso y derribo al que está siendo sometido su jefe de filas. Los aplausos y las ovaciones no han faltado. Pero la realidad se impone y lo cierto es que Sánchez está muy lejos de pasar el trámite.

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