Licenciada en ADE por la Universidad de Alcalá de Henares, tiene 29 años y hoy ya es financial manager de una de las principales multinacionales de telecomunicaciones. Inmaculada Vergara, natural de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional fuera de nuestras fronteras. Primero en Múnich (Alemania), y desde hace unos meses en Londres (Inglaterra). Ella es de las que reconocen que siempre le gustó vivir fuera de España, aunque admite que su posición actual no la hubiera alcanzado aún si se hubiera quedado en Madrid.
Habla perfectamente inglés y alemán gracias a las estancias que experimentó en EEUU y en Alemania mientras era estudiante. Tras licenciarse intentó hacerse un hueco en el mercado laboral español, pero las opciones que le ofrecieron no le interesaron. Realizó dos becas en Telefónica. La segunda trabajaba igual que el resto de contratados y le pagaban 800 euros. Tras la finalización de su segunda beca la única opción que le ofrecieron fue trabajar para una empresa externa. La oferta no le gustó pero aprovechó que salió en la misma empresa una plaza en Alemania para optar al puesto. Pasó todas las entrevistas y en 2011 firmó su primer contrato.
-¿Cómo fue su primera experiencia laboral importante fuera de España?
-Estuve en Alemania Telefónica casi cuatro años. Con un contrato laboral perfecto. Un salario muy digno. Condiciones laborales muy buenas. Trabajaba 40 horas a la semana. Si trabajaba más de 8 horas diarias me pagaban las horas extra o tenía opción de cogerme días libres. Y tenía un horario que me permitía perfectamente conciliar mi vida personal y profesional.
-¿Las condiciones laborales de sus compañeros en España eran iguales que las suyas en Alemania?
-No, en absoluto. El salario es la mitad y las horas laborales en Madrid son infinitas. No está controlado. Las vacaciones son menos. En Alemania los jefes escuchan y no te amenazan con el despido. Para ellos la marcha de un trabajador se interpreta como la pérdida de un recurso ya formado. En Múnich hay un 1% de paro, en Madrid te pueden echar y saben que hay 200 personas que están deseando ocupar tu puesto. Parece que tienes que dar gracias porque tienes un trabajo.
-¿Qué hay que hacer para conseguir un trabajo así en Alemania?
-Primero saber idiomas. Yo hablo inglés y alemán. Y además tienes que estar muy bien cualificado. Me refiero a trabajos del nivel que yo realizaba allí: directora de control de una empresa que mueve 1.500 millones de euros al año. Fundamental tener estudios universitarios y máster. Aunque también es cierto que yo con esa formación en España tuve que pasar por un largo periodo de prácticas y lo único que me ofrecían era un contrato externo.
-¿En qué momento decide que lo que tiene en Alemania no es suficiente y decide volver a mudarse?
-Yo siempre tengo ganas de seguir creciendo profesionalmente. Así que aproveché que dentro de la empresa salió un puesto mucho mejor en Inglaterra y decidí cambiar toda mi vida, pese a tener una vida muy cómoda en Múnich. El puesto que conseguí en Londres era más alto y las condiciones eran aún mejores. Ahora incluso dispongo de coche de empresa.
-¿Qué es lo que más le cuesta cuando cambia de país?
-Lo más difícil siempre es volver a rehacer tu vida en el plano personal. Conocer gente. E incluso ganarte la confianza de tus nuevos compañeros.
-¿Cómo lleva su familia que esté tan lejos de casa?
-Mi familia ya está acostumbrada. Desde que soy pequeña siempre he viajado mucho. Lo peor fue cuando les dije que me mudaba a EEUU. Eso lo llevaron mal. Pero ahora estoy a dos horas de vuelo. Si viviera en Valencia o en Barcelona tardaría más en llegar a mi casa. Mi padre sí me dijo que me fuera si no quería morirme de hambre. Mis padres lo llevan muy bien. Vienen a verme mucho y gracias a eso ellos también están viajando. Les veo más abiertos de mente gracias a ello.
-¿Le gustaría volver en algún momento a España?
-Siempre tengo la mente en España. Mi casa está en Madrid y si algún día me planteo tener hijos me gustaría que crecieran allí. Creo que la calidad de vida en cuanto a comida, clima y vida social es muy buena. De hecho, si alguna vez me planteara invertir en una casa lo haría en Madrid.
-¿Qué condiciones deberían de darse para que volviera?
-Encontrar un trabajo que me dé las mismas condiciones y oportunidades que tengo fuera.
-¿Cree que esto podría ocurrir a partir del 20 de diciembre con un nuevo Gobierno?
-Yo creo que sí podría encontrar un trabajo en Madrid. Estoy notando que la gente joven que se ha ido al extranjero, que está formada y que tiene idiomas está empezando a encontrar trabajo. Creo que la situación del país está mejorando poco a poco. Las condiciones laborales y los salarios no son iguales, eso lo tengo asumido, pero también es cierto que la vida en Madrid no es tan cara. En Madrid te puedes tomar una caña por dos euros, en Londres imposible hacerlo por menos de seis libras.
-¿Cree que su situación, cuando estaba en España, habría sido mejor con otro tipo de políticas?
-En mi caso, no. A mí me gusta vivir fuera. Igual si me hubiera quedado en Madrid hubiera sido cuestión de meses encontrar el trabajo que quería. Pero yo sí que quería vivir fuera. Un contrato en Madrid ahora mismo no lo quiero. Pretendo seguir uno o dos años en Londres. Yo creo que con la formación que tengo podía haber tenido un buen trabajo también en Madrid. Yo lo he hecho más bien por gusto. No me he visto en la obligación de tenerme que ir.
-¿Qué partido político defiende mejor sus intereses?
-Últimamente estoy un poco descolgada de política. Casi siempre he votado al Partido Popular. No comparto todas sus medidas. Me gustó la política social que hizo Zapatero, pero también creo que el gasto de dinero que se hizo con el PSOE fue horroroso. Cuando yo voto doy mucha importancia a la visión económica, porque creo que si un país no tiene una estabilidad económica es imposible que tenga una estabilidad social.