lunes, abril 29, 2024
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Cuando la música se vuelve tóxica

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“Cuantos llamaban terroristas a ETA y pagarían para que a políticos dieran metralleta”, dice Pablo Hasél en una de sus canciones. En otra defiende: “Los GRAPO eran defensa propia ante el imperialismo y su crimen”, y también recita: “prefiero a grapos que a guapos”. Para el Tribunal Supremo esto supone enaltecimiento del terrorismo y por eso le ha condenado a dos años en prisión.

Pablo Rivadullo, un joven de Lérida más conocido como Pablo Hasél, lleva trabajando en la música desde 2005. En sus inicios, su rap tenía un toque político que gustaba en las salas undergorund. Por eso, con el auge de YouTube, Hasél empezó a subir sus maquetas a esta red social para lograr una mayor difusión. Y la logró. Actualmente, el artista tiene 16.712 suscriptores en su canal, que contiene más de 200 vídeos. En muchos de ellos, deja clara su ideología política con títulos como “Jódete burgués” o como “Tiene que estallar”. De hecho, el año pasado publicó una canción en homenaje a Isabel Aparicio, una activista de los GRAPO que murió mientras cumplía condena en la cárcel. Su implicación política lleva a criticar a partidos como Podemos, pero eso no le quitó de cantar con Pablo Iglesias la 'Internacional' en la gala del programa 'La Tuerka' que se celebró en 2012.

Esto es lo que llevó a que, en 2011 se le acusara de inclumplir el artículo 578 del Código Penal que prohibe la apología del terrorismo. La Audiencia Nacional ya le condenó el año pasado a dos años de prisión, la mayor pena para este tipo de delito, aunque él pidió recurso por considerar que estaba haciendo uso de su libertad de expresión. Sin embargo, el Tribunal Supremo ha dado la razón a la Audiencia. En su doctrina, el juez distingue entre el odio como sentimiento interno, que no puede ser juzgado y la exteriorización de este, que si puede ser sancionado. Por eso ha considerado que el “discurso del odio” que Pablo Hasél usa en sus temas no está contemplado dentro de los márgenes de la libertad de expresión. Además, también consideran que al haber subido estas canciones a las redes sociales y al haber tenido estas una gran difusión, el delito se ha agravado.

Aunque Pablo Hasél no es el único artista que se ha encontrado un problema con la ley. Ya en 2004, los cinco miembros de Soziedad Alkoholica y su mánager fueron acusados de lo mismo. Sin embargo, este grupo que realiza crítica social a través de un estilo trash metal, fue absuelto por el Tribunal Supremo en 2007, ya que se consideró que la única canción que podría rozar el límite legal sería 'Explota Zerdo' que en una estrofa dice “huele a esclavo de la ley, zipaio, siervo del rey, lameculos del poder, carroñero coronel ¡Explota zerdo!”. Los integrantes de la banda se denfendieron diciendo que esta canción no hacía referencia al terrorismo, sino que en ella maldicen a un “policía soplón”. Actualmente, el grupo ha tenido que cancelar un concierto en Madrid que iba a ofrecer el 14 de marzo, después de que el Ayuntamiento se lo prohibiese por “incitar a la xenofobia, la violencia o el racismo”.

Otro grupo que también ha tenido sus rifirafes en los tribunales han sido 'Los chikos del maíz' que en 2010 fueron denunciados por la Asociación de Víctimas del terrorismo Verde Esperanza para que suspendieran un concierto que iban a dar en Sevilla. Sin embargo, el juez Andreu decidió archivar la denuncia y la banda pudo dar su concierto, aunque con muchas precauciones: fueron escoltados por la Policía tras haber recibido amenazas de muerte por ser un grupo presuntamente de ideología proetarra y 'abertzale'.

A pesar de que ellos se libraran de las medidas judiciales, han querido mostrarle su apoyo a Hasél en su canción “T.E.R.R.O.R.I.S.M.O”, en la que dicen “terrorista es quien imputa a Hasél por usar la palabra”.

 

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